LA MADONNITA

Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior (Frida Kahlo)

LA MADONNITA

De Mauricio Kartun

“Definimos a la violencia contra la mujer como todo acto que le cause un daño físico, psíquico, sexual o económico, inclusive la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad” (Ley nacional 1994). Podemos decir que el maltrato, en la mayoría de los casos, es provocado por el marido o por alguien con quien esta o estuvo ligada afectivamente. El violento, necesita someter como forma de afirmar su poder y control, produciendo en ella una disminución de sus capacidades, tanto física como mental. Estos conceptos nos emergen al observar la obra teatral “La Madonnita” de Mauricio Kartun.

La Madonnita (Natalia Pascale), es el objeto de deseo de todos los clientes de Basilio (Darío Serantes), el vendedor que ofrece las fotografías obscenas. Imágenes que saca el Sr. Hertz, el fotógrafo que utiliza a su señora para lucrar en estas transacciones comerciales. Todo seguía su curso hasta que la mujer escapa con uno de los modelos que posa con ella. Ahí, se produce una crisis y ambos hombres deciden buscarla, uno teóricamente (Hertz) y el otro prácticamente (Basilio), y encontrarla, sin pensar quizás, que eso no volvería todo a esa “normalidad” que ellos aspiran.

El contenido escrito por Mauricio Kartun, es un claro registro de como la sociedad veía a la mujer a principios del siglo XX. Su dramaturgia es excelsa (como ya nos tiene acostumbrados), llena de metáforas, con descripciones detalladas y creativas, todo impregnado de poesía. Kartun, recorre la pasión de un “Sr. Hertz” obnubilado por su profesión; la ambición de un “Basilio” interesado por sus negocios, su vicios y sus nostalgias; la desazón de una “Madonnita”, acallada, defectuosa, resignada y esperanzada en un fuga frustrada que la devuelve aún más desesperanzada. La forma en que los dos personajes masculinos, se explayan en escena resalta la importancia que tiene esa especie para la época señalada, dejando en descubierto la humillación de la protagonista femenina, agazapada, muda e invisible. Impresionante la frialdad enmascarada de esos dos hombres que tratan con tanta aversión disimulada a esa mujer en cautiverio (una mezcla de angustia y repulsión nos invade, a la vez que pensamos cuanto valor que tuvo el autor al estrenar esta obra alrededor de 20 años atrás).

Recordemos que el rol de género se refiere a las funciones que “deben” cumplir tanto el “varón” como la “mujer”, que aunque sea una construcción social se lo presenta como “natural”; y que los estereotipos son la categorización que reglamentan a la actividad y a la independencia como propia del varón, y, la pasividad y la dependencia a la mujer. Rol y estereotipo, tiene un alto contenido valorativo donde coloca a lo femenino en una situación social inferior. Asi vemos como el Sr. Hertz, es el que tiene el “poder” y la Madonnita, es la que tiene que “obedecer” por ser “mujer”; inclusive ella se tiene que aguantar a Basilio que, desde su rol, ayuda a la causa. El maltrato psicológico es muy fuerte. Aunque para ellos es “normal”, la “naturalidad” con que el Sr. Hertz se dirige a su esposa y con la que debate con Basilio, estremece. Pensamos que, aun hoy, hay muchas situaciones similares que nos entristece; la “cosificación” de la mujer es un concepto muy difícil de cambiar, lamentablemente; aunque no imposible, hay que seguir intentando.

La puesta en escena, es exquisita. Fito Perez y Darío Serantes, son excelentes actores, la vocación que tienen es muy visible. Natalia Pascale, sobresale por su forma de comunicar ya que habla con su cuerpo, con sus miradas, con sus silencios; gran actriz. Verdaderamente, conforman un trio muy potente, que es un placer apreciar. La mágica escenografía, con el vestuario y la música que nos ubica en el tiempo en cuestión, enmarcan esta tragicomedia llena de “aparente” simpatía, con destellos de “falsas” pintorescas anécdotas, pero con un fondo de dolor que hiere hasta lo más profundo. La atenta dirección de Malena Miramontes Boim, logra que podamos realizar un paralelismo contemporáneo en pos de reflexionar y trabajar para derribar mitos tratando de terminar con la violencia y la impunidad. Impecable su labor.

La historia es conmovedora; los actores son precisos, verborrágicos, convincentes; la actriz emana sus sentimientos con solo mirarla; el ámbito escénico es receptivo, tanto actores como público se entienden en la quietud de la sala; y junto al equipo técnico consiguen un consistente hecho teatral. Es obligación verla, hablar sobre el tema, recomendarla y no olvidarla.

MAXIMA RECOMENDACIÓN!

Redactora: Estela Gómez

07/08/2022

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

Dramaturgia: Mauricio Kartun

Actúan: Natalia Pascale, Fito Perez, Darío Serantes

Diseño de vestuario: Cecilia Gómez García

Diseño de escenografía: Micaela Sleigh

Realización Audiovisual:@fiero.fuego

Música original: Matías De Stéfano Barbero

Diseño De Iluminación: Javier Vázquez

Fotografía: Lucas Suryano