“No pude mitigar el dolor de mi alma llorando. Algo se desgarraba en mi interior y yo no podía hacer nada por evitarlo” David Safier
Leto (Anabella Degásperi) y Pescado (Denise Labbate), tienen un ritual adolescente que es el observar libidinosamente a una profesora deseada. En un momento, ese deseo se hace “parcialmente” real, lo que les provoca una crisis. Desesperados y ante el peligro del descubrimiento, se refugian en el sótano del colegio, quedándose encerrados tanto en ese lúgubre lugar como en sus desorientadas almas. Allí, transcurren situaciones alarmantes, dando cuenta de la insensibilidad, de los miedos, de la conflictiva psiquis de los seres humanos. ¿Se cumplirá una de las teorías del darwinismo social cuya idea básica es que sobrevive el más fuerte?
La pecera, de Ignacio Apolo, es un esbozo de las conductas de dos jóvenes con muchas contrariedades afectivas, utilizando como vía de escape la violencia verbal y física, mostrando un claro estado de indefensión. La vemos, y se nos vienen miles de preguntas que posiblemente sus respuestas no sean las esperadas porque en un mundo lleno de estereotipos y prejuicios donde cuesta ver la realidad, muchos creerán que es todo normal, producto de una obviedad impuesta. Pero, por suerte y para derribar muchos mitos, la oportuna decisión de su director Mauro Oteiza, nos reconforta al presentarla interpretada por dos mujeres, rompe con “lo natural”, “lo eterno” y “lo que es simplemente, es” demostrándonos que estas dos grandes actrices al ponerse en la piel de Leto y Pescado nos damos cuenta que ya no nos interesa si los problemas lo tienen “ellos” o “ellas”, porque verdaderamente, lo que sucede son producto del lastimado mundo interno, social y psicológico de esas personas que vemos en escena, independientemente de su sexo.
Impresionante, las actuaciones de Anabella Degásperi y de Denise Labbate; cada una se apropia de su rol con total convicción, comenzando la acción teatral rectamente y con firmeza, atravesando paulatinamente la variabilidad de los diferentes estadios según transcurren los hechos, para llegar al climax final que amerita, con todos los honores. Excelente las interpretaciones y la sagaz dirección de Mauro Oteiza, que como integrantes del grupo de teatro independiente El Semillero, abocado a la producción de espectáculos teatrales oriundos de la ciudad de Bahía Blanca (Bs.As.), han realizado un enorme e incomparable producto dramático.
La escenografía y el vestuario, nos llega a trasladar a un mundo estudiantil cotidiano; la música y las luces, que están tan bien ejecutadas en tiempo y espacio, nos brindan posibles imágenes y profundos sonidos que hacen poner en marcha a nuestra imaginación, inevitablemente. Se aprecia un intensivo trabajo de creación.
Va nuestra MÁXIMA RECOMENDACIÓN para esta puesta en escena, porque además de todo lo expuesto, nos impresiona por su calidad artistica, nos mantiene al vilo, porque las actrices devoran a sus personajes y nos hacen vivirlos, porque sufrimos, nos emocionamos, sonreímos... sarcásticamente, recordamos, nos quedamos absortos, inmutables, sin aire…es una “obra maestra”.
¡No dejen de vivenciar este conmovedor hecho teatral!
Redactora: Estela Gómez
05/08/2018
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Ignacio Apolo
Actúan: Anabella Degásperi, Denise Labbate
Diseño de luces: Nicolas Caminiti
Música: Francisco Panzini
Dirección: Mauro Oteiza
Duración: 60 minutos
DELBORDE ESPACIO TEATRAL
Chile 630
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4300-6201
Web: https://www.facebook.com/teatrodelborde
Entrada: $ 250,00 / $ 200,00 - Domingo - 18:00 hs - Del 05/08/2018 al 23/09/2018
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