GORILA

"Deben ser los gorilas, deben ser, / que andarán por aquí, / deben ser los gorilas, deben ser, / que andarán por allí.../

Gorila

De Mariana Bustinza

El polaco (Tomas Cutler), y Raquel (María Lía Bagnoli), una pareja oriunda del conurbano bonaerense, se mudan justo al lado de la casa de Juana (Victoria Raposo), una madre abnegada y trabajadora que vive con su joven hija Jimena (Catalina Boucau), que va a colegio privado y que tiene una visión de la vida muy acotada producto de su construcción de vida. Dicha pareja, aparece en un momento muy especial en la vida de Juana y se quedan para ayudarla, y en este transcurrir los sentimientos de los cuatro comienzan a sublevarse de diferentes maneras; el polaco, va cambiando su actitud hacia su nueva vecina y la atracción hacia ella es inevitable; Juana, experimenta la desesperación por la desgracia que le comienza a suceder y a la vez, siente como una llama de esperanza al pensar en el polaco como un bálsamo para su soledad; Raquel, empieza a darse cuenta que “nada es para siempre” y que su forma de ser no alcanza para cambiar los designios del corazón; Jimena, con su característica prepotencia expresa abiertamente lo que muchos piensan pero que pocos se animan a decir. Todos, viven un tormento interior dentro de un mundo lleno de ocultamientos, de estereotipos y de contradicciones. ¿Quién habrá sido el responsable de esa desgracia que ha sucedido? ¿Es responsabilidad de la marginalidad, de la delincuencia, del “otro diferente”? o, ¿Es incumbencia de la desidia, de los prejuicios, del “no querer ver más allá de las propias narices”?

La obra Gorila, de Mariana Bustinza, es un cimbronazo que nos toca en la fibra más íntima, porque la realidad que contiene es contundente, no podemos decir que nunca vimos o escuchamos algo similar porque tiene personajes y situaciones cotidianas, que las podemos encontrar a la vuelta de la esquina. El talento y la creatividad junto a las vivencias personales de su autora y directora (Mariana Bustinza), han logrado una intensa y cruda dramaturgia, con los matices indispensables para que sea soportable, llevándonos del horror a las sonrisas mostrándonos la naturalización de un “sentido común” heredado y arraigado en nuestras costumbres. El aporte psicológico, es el detalle que sobresale; lo que ocurre en la psiquis de los seres que integran este thriller se transmutan en diferentes acciones movilizando el preconsciente, que es lo latente y que se puede hacer consciente. La totalidad de esta pieza teatral, tiene un marco musical muy conocido y especial, que por momentos nos hace bailar y por otros, pensar.

Tiene, destacadísimas actuaciones. María Lía Bagnoli, está increíble en su papel de Raquel, su histrionismo es muy notorio; Catalina Boucau, logra una gran composición de la personalidad de Jimena, su compromiso asumido es total; Victoria Raposo, en el rol de Juana nos llega y nos traspasa, indicando calidad interpretativa; Tomas Cutler, esta excelente como el polaco, impactante como construyó a su personaje. Dúctil, notable y óptimo actor. Acompañan a este considerable elenco, una escenografía en parte tradicional junto a una atípica y móvil, que sirve para marcar los avances y retrocesos de la historia y que, junto a la música, al vestuario y a la iluminación, nos brindan una cabal puesta en escena, en donde cada cuadro tiene mucho para decir y por eso, nosotros tenemos el deber de estar ahí, para tratar de movilizarnos interiormente y que, en algún momento, la transformación aparezca.