Los sueños de Matrioshka

“Merecer la vida no es callar y consentir tantas injusticias repetidas... Es una virtud, es dignidad y es la actitud de identidad más definida” Eladia Blazquez

Los sueños de

Matrioshka

De Luciana Cervera Novo

La memoria se relaciona con la identidad porque organiza nuestro recuerdo en función a la imagen, ya sea individual o colectiva, que tenemos de nosotros mismos; las emociones realzan esas evocaciones, les da consistencia y vivifica las esfinges del pasado. Como sucede en Los sueños de Matrioshka, cuya dramaturgia es de Luciana Cervera Novo, donde las experiencias emocionales perduran, se conserven nítidas para acercarnos a través del juego teatral, al corazón de sus mujeres y sus nostalgias, expresándose y buscando la veracidad siempre.

La obra, nos remite a la evocación de tres generaciones marcadas por el abandono, las desapariciones y los prejuicios. La madre, Beatriz (Jimena Rey), y su hija actriz, Ana (Natalia Pascale), en escena, recorren sus vivencias con sus alegrías y sus tristezas, en un ir y venir vertiginoso entre el pasado y el presente. Ellas, buscan esa identidad perdida, reviven momentos que las han marcado con poemas, expresión corporal y canciones; todo con el hilo conductor de la relación filial, que a veces es cercana y otras, lejana, pero siempre fiel. Transcurre el drama y nos damos cuenta del sufrimiento y el gozo de estas Matrioshkas, que se desdoblan y se vuelven a unir en pos de un futuro esperanzador.

Pensamos que el texto de la actriz y profesora de teatro, Luciana Cervera Novo, es sapiencia y pura emoción. Supo acercarnos a situaciones puntuales, no solo relacionadas a la problemática femenina en particular, sino también a los inconvenientes que rodean a las circunstancias sociales y de derechos humanos que hasta ahora impera entre nosotros. Al igual que vemos una dirección orientada a trabajar principalmente con la sensibilidad de las actrices, logrando una receptividad rotunda por parte del público. Con respecto a las actuaciones de Natalia Pascale, Jimena Rey, son impecables; ambas con sus aptitudes artísticas a nuestra disposición, una gran labor.

La puesta en escena, habla por sí sola; la escenografía nos remonta a remembranzas pasadas, al igual que el vestuario; la iluminación recorre el espacio, fijándose en los instantes más emotivos, como abrazándolos. La entonada música en vivo, a cargo de German Fernández, le da el clima sutil que se necesita para que nos transportemos y nos sumerjamos más en la historia. Los audiovisuales acompañan como en un profundo sueño, muy bien coordinado. En conclusión, todas éstas partes concluyen en un todo muy valorativo confluyendo las excelentes actuaciones con el conocimiento, el sentimiento y la realidad. Un gran combo, imperdible.

Y, por todo esto y más tenemos que verla, porque es pura poesía; y porque que nos lleva al pasado, nos trae al presente, nos muestra el amor, el dolor y el olvido, con calidad, con vehemencia, con compromiso en todo sentido. Nuestra MÁXIMA RECOMENDACIÓN a esta obra bella e inmensamente conmovedora.

¡EXCELENTE!

Redactora: Estela Gómez

18/11/2017

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Luciana Cervera Novo

Actúan: Natalia Pascale, Jimena Rey

Actuación en video: Matias Bertiche, Santiago Pérez Rey, Simón Pérez Rey

Músicos: German Fernandez

Voz en Off: Elvira Rodríguez Tenorio

Escenografía: Ayelén Beti

Diseño de vestuario: Anita Figueroa

Audiovisuales: German Fernandez