“El instrumento básico para la manipulación de la realidad es la manipulación de las palabras. Si tú puedes controlar el significado de las palabras puedes controlar a la gente que utiliza esas palabras” Philip Dick
Hasta el fin de los tiempos
De Alejo Beccar
Ver la obra “Hasta el fin de los tiempos” de Alejo Beccar, es estar presenciando una realidad contemporánea que nos golpea. Descubrimos la personalidad de un ser patógeno, dominado por el deseo absoluto de tener autoridad suprema, a la que quiere llegar manipulando enceguecido “cueste lo que cueste”. Esa manipulación se basa en una intimidación emocional, en una forma de control que recurre a la culpa, a la obligación y/o al miedo haciendo que otra persona actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor de quien hace esa coerción. Así vemos a Roberto (Enrique Cragnolino), un hombre funesto, con habilidades expresivas sorprendentes, que busca maniobrar hechos políticos generando tragedias, obtener amores no correspondidos a la fuerza creando dudas y malos entendidos, desafiando hasta al destino en pos de sus máximas aspiraciones. Sí, todo este bagaje de destrucción es capaz de tener alguien que se postula como candidato a las elecciones de un partido, con vía directa a obtener la presidencia de dicha agrupación. Y, a su alrededor, Oscar (Héctor Castagnino), uno de sus pares azotado por una desgracia que no lo deja vivir; Guillermo (Andrés Rojas), un par superior a quien el egoísmo lo llevó también al infortunio; Dora (Natalia Imbrosciano), una viuda que termina muy mal, enajenada por su interés; Sabrina (Zulma Rossini), una joven a quien la soledad le juega una mala pasada. Algunos de ellos no pueden descansar en paz… Roberto, ¿podrá disfrutar después de “pisar tantas cabezas”?
Desde el comienzo, ésta puesta en escena nos remonta a un mundo sórdido; hay en ella una frialdad que nos traspasa. Muy buena, las actuaciones de Héctor Castagnino y Andres Rojas, expeditos y concretos; así como también las intervenciones de Natalia Imbrosciano y Zulma Rossini, ambas sobresalen con su toque femenino; excelente, la interpretación de Enrique Cragnolino, que con su potente voz y contundente presencia nos mantiene en vilo permanentemente. Todos, realizan una labor estupenda; a ellos también se los ve y se los siente distantes, inmersos en sus abatidos roles. Ataviados con un vestuario sobrio, de perfecto diseño y confección (Agustina Valdez), se desplazan por la enigmática escenografía, acompañados por la directa iluminación, como almas corroídas por la desazón.
La recomendamos porque es un texto preciso, claro, donde nos muestra el razonamiento de una mente atravesada por los excesivos deseos de poder provocando la destrucción del hombre por el hombre; cada frase, cada término utilizado nos lleva a percibir ese desastre. La tensión nunca decae, al contrario, crece a cada instante. La acción dramática propuesta por su autor y director, Alejo Beccar, esta notablemente estructurada y la relación causa/efecto en cada cuadro es inmejorable. Indudablemente, estamos frente a un gran desafío: atrevernos a ver la legitimación del poder que sigue apropiándose de nosotros. Para tenerlo en cuenta…
TEATRALIDAD, SABIDURÍA, REFLEXIÓN, TRABAJO EN EQUIPO, TODO EN UNA GRAN NOCHE, EN “LA TERTULIA”.
¡NO SE LA PIERDAN!
Redactora: Estela Gómez
26/08/2017
Ficha técnico artística:
Dramaturgia: Alejo Beccar
Actúan: Héctor Castagnino, Enrique Cragnolino, Natalia Imbrosciano, Andres Rojas, Zulma Rossini
Vestuario: Agustina Valdez
Diseño de escenografía: Alejo Beccar
Diseño de luces: Alejo Beccar
Fotografía: Laura Cecilia Álvarez
Diseño gráfico: Nicolás Senestrari
Asistencia de dirección: Laura Cecilia Álvarez
Dirección: Alejo Beccar
Web: https://www.facebook.com/hastaelfinobra
Duración: 60 minutos
LA TERTULIA
Gallo 826
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 4865-0303
Web: http://www.teatrolatertulia.com.ar/
Entrada: $ 220,00 / $ 190,00 - sábados - 21:00 hs
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