ERRANTE EN LA SOMBRA

… Que febril la mirada, errante en las sombras

Te busca y te nombra

Vivir con el alma aferrada

A un dulce recuerdo

Que lloro otra vez…

Alfredo Le Pera

Errante en la sombra

De Patricia Suárez

Corre el año 1900, y en Buenos Aires la inmigración se hace presente. Las mujeres formaban grupos en general heterogéneos, según sus orígenes, sus condiciones sociales, sus lugares de permanencia y sus actividades cotidianas, pero compartieron siempre ciertas peculiaridades inherentes a la época como el sometimiento en la sociedad patriarcal y las mínimas condiciones de bienestar.

Dentro de éste contexto, Berta Gardes (Carolina Pofcher), oriunda de Francia con su hijo Carlitos (Gardel) y Rosa (Pato Viegas), nacida en Italia, llegaron a Argentina para vivir en un “conventillo”, unidas por el afán de tener una vida digna. Ellas, son víctimas de una cultura marcada por la necesidad de tener un hombre al lado para obtener sustentos y por los prejuicios de una sociedad cerrada cuya mirada inquisidora duele, haciendo de esas dos mujeres un espejo de lo que se vivía y padecía en esos tiempos. Ambas jugaron un papel valiosísimo, ambas sufrieron la dominación masculina, ambas mantuvieron un rol activo en el proceso migratorio y sus experiencias merecen ser destacadas. El final es inesperado y hermenéutico, y está lleno de emociones, acompañado por la maravillosa voz de Carlos Gardel.

Con excelentes actuaciones, Pato Viegas y Carolina Pofcher, se desplazan en el escenario. Sus energías nos traspasan y quedan adheridas en nosotros; la locuacidad de Pato, en la piel de la querible Rosa, y la dulzura de Carolina, interpretando a la soñadora Berta, no pasan desapercibidas, siendo clave en esa ambigüedad de sentimientos que las mantiene unidas. Brillan continuamente en escena, realmente un lujo poder apreciarlas.

La riqueza de su argumento se conserva en el sainete, en una habitación del conventillo, cuyas paredes de tela son las contenedoras del drama volviéndose el lugar indicado para la comunicación y el encuentro. Sobresalen los colores sepias, tanto en la sutil escenografía (Mónica Núñez) como en el minucioso vestuario (El Colo), también resaltan los objetos cotidianos utilizados (Pato Viegas), que recrean perfectamente a los de antaño. La significativa iluminación (Nahuel Luppo), hace visible al espacio creando diferentes atmosferas; y, la hermosa música (Nahuel Luppo), ayuda a transmitir diferentes emociones.

Su prolífera autora, Patricia Suárez, hace un paralelismo brillante en éste esbozo de vida compartida. Por un lado, juega con el lenguaje popular exaltándolo para escuchar el mensaje y por el otro, recaba profundamente en los sentimientos, para comprender ese mensaje. Por su parte, su experimentada directora Mónica Núñez, supo captar y devolver, a través de las actrices, ese recado tan comprometedor y necesario. Excelente trabajo.

Con el mayor mecanismo de defensa, el chiste y el sarcasmo, el grupo de teatro independiente Nueva Ruta, hace un recorrido introspectivo de las almas de dos mujeres sufridas y emprendedoras, brindándonos a la vez un esbozo implícito y explícito de la dominación masculina. Un relato que nos marca y que nos invita a conocer lo que fue esa lucha diaria femenina por un mundo mejor y precisamente, es el teatro el lugar indicado para pensar, sentir y valorar a esas mujeres anónimas que también fueron pilares de nuestra historia.

NUESTRA MÁXIMA RECOMENDACIÓN!

INDUDABLEMENTE IMPERDIBLE!

Redactora: Estela Gómez

28/07/2017

Ficha técnico artística

Autoría: Patricia Suárez

Actúan: Carolina Pofcher, Pato Viegas

Vestuario: El Colo

Escenografía y Realización: Mónica Núñez

Objetos: Pato Viegas

Diseño de luces: Nahuel Luppo

Musicalización: Nahuel Luppo