"No importa lo rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando" Terry Pratchett
Un escenario en penumbras, con una oscuridad interrumpida por iluminaciones de un exterior cercano, las que le dan en una primera aproximación, un efecto ambiguo, en donde la luz y las tinieblas se confunden...y allí, alguien que exclama...
Al igual, que la confusión que nos provoca al ver a una persona que se debate entre el movimiento y las ataduras, buscando fervientemente la libertad, transitando por diferentes estados, luchando contra lo adverso de asumir lo que le toca vivir, anhelando el tan ansiado aire libre. La música que acompaña, le da fuerza dramática a ese silencio que impera y que abruma, re afirmando el esfuerzo para salir del infierno. De pronto, él le canta, la encanta, la subyuga y vuelven al ruedo, se entrelazan y se aman, pero la dominación sigue intacta. Hay una atmósfera otoñal, con sus hojas muertas y sus hilos de sol que, a veces, están presentes...
Seguidamente, la rebelión y la locura aparecen. Vemos como, tanto el cuerpo como el accionar de esa mujer reaccionan "enceguecidamente". Su dolor la endurece, y ya nada importa. La desesperación es tanta que la tensión nos da una rigidez extrema y en éste estado las melodías nos golpean en lo más profundo de nuestro ser como latigazos previsores hacia lo inevitable. Estamos en la culminación de un frió muy crudo...
Pero, hay una sublevación. El devenir de los acontecimientos lo ponen al opresor en “el lugar del otro”, haciéndolo colocar todo su ser para que sienta en carne propia la desazón y así la liberación sea completa. Acá también, los acordes y los hechos están al unísono, pero ésta vez para evocar, quizás, una luz en el camino de las tinieblas...
“El Verano”, es una obra que duele… y de tanto dolor grita…y al gritar puede sanar…La violencia, es un círculo vicioso que si no se le da visibilidad no se puede salir de ella. Es una apuesta muy fuerte, muy elevada en su contenido y en sus interpretaciones. Nuestra sensibilidad se agudiza; lo que vemos, lo que escuchamos y lo que nos deja…estremece. Estamos dentro del corazón de alguien que sufre, que enloquece y que actúa...y que en silencio…dice mucho…
Los artistas, logran mantenernos expectantes, sobresaltados emocionalmente. Carolina Pitetti, realiza un trabajo físico y de concentración exultante. Ella, es todo y es nada, según se la interprete; todo, como ejemplo de maltrato; nada, como el valor humano que le adjudicaron. Emiliano Blanco, es un actor multifacético (excelente voz), concretando su papel con una enorme actitud profesional, percibiendo la ambivalencia de sus actos que lo perturban. Lorena Torales, con sus sutiles acordes se luce considerablemente, su labor es impecable e imposible de obviar. Fundamental.
Su director, Elías Miguez, demuestra nuevamente su don para crear y materializar su creación con máximo cuidado, ya que logra extasiarnos dentro de un marco de opacidad extrema, con el solo encantamiento de la música que es capaz de lograr belleza dentro del terror.
ALTAMENTE RECOMENDADA!
Redactora: Estela Gómez
09/09/2016
Autoría: Elias Miguez
Sobre textos de: Albert Camus, Julio Cortázar, William Shakespeare
Actúan: Emiliano Blanco, Carolina Pitetti, Lorena Torales
Diseño de luces: Juan Martinez Garcia
Diseño gráfico: Pablo Redondo
Dirección: Elias Miguez
Web: http://elulauta.wixsite.com/eliasmiguez
Duración: 45 minutos
MACHADO TEATRO
Antonio Machado 617
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 11-4982-4922
Web: http://www.machadoteatro.com.ar
Entrada: $ 120,00 - Viernes - 20:30 hs - Hasta el 30/09/2016
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