07. agosto 2016

EL ANDADOR

EL ANDADOR

De Norberto Aroldi

“Todos esos acontecimientos generan sus propias tensiones, y cuando son dos las personas que conviven en medio de todos ellos, las tensiones fluyen en uno y otro sentido. He terminado por pensar que ésta es, al mismo tiempo, la bendición y la maldición del matrimonio. Es una bendición, porque proporciona una válvula de escape a las tensiones de la vida cotidiana; es una maldición, porque la válvula de escape es una persona que a uno le importa muchísimo”.

Nicholas Spark

Una historia de amor arbitraria. No tiene principio ni final.

La pareja está sostenida por esperanzas sin sentido, que no están basadas en la realidad.

Un embarazo tardío altera la rutina de un matrimonio maduro, es a partir de acá, que uno elige el momento de la experiencia desde la cual mira hacia atrás o hacia adelante. A veces el tiempo nos ayuda a entender en qué medida las decisiones que vamos tomando pueden inclinar nuestro destino hacia un lado o hacia el otro.

El temperamento de cada uno, el conflicto sentimental, los llevará por caminos diferentes, cortar con una relación no es garantía de terminar la pareja. “Des-apegarse” no significa insensibilizarse o volverse indiferente con el otro. Desapegarse implica dejar de esperar, de sentir rencor por lo que nos hicieron, sin resentimientos ni cuentas pendientes. Despegarse, soltar, hace que las personas sean lo que son y no lo que nos gustaría que fueran.

Por otra parte, hay que subrayar que el desapego también afecta a la otra parte de la relación y deja que se haga cargo de sus acciones, irresponsabilidades y consecuencias, al mismo tiempo, nos da objetividad necesaria para analizar cuáles serán los próximos pasos y los más convenientes para nuestro futuro.

La visión se vuelve mucho más honesta y realista. Lo mejor está por venir.

“El arte de la vida es siempre hacer algo bueno de algo malo”.

Ernst Friedrich Schumacher

Una interesante propuesta teatral que cuenta con elementos formales del texto fílmico: sonoros, visuales y sintácticos.

Llena de pequeños detalles, polémica y eficaz por su temática y los aspectos sobre los valores del hombre, desde lo familiar- social, lo ético, el dilema moral y el costumbrismo de la época.

Con razón esta pieza fue exitosa allá en 1965 y a los dos años llevada al cine con el mismo éxito. Y hoy vuelve a ser atractiva su reposición, porque integra como dice su director Andrés Bazzalo, nuestro acervo cultural, las características que ponen el acento en una exaltación de los valores porteños, el tango, y asoma como fundamental la desmotivación laboral, apostando a la suerte, basado en el hábito de los juegos de azar y a las carreras de caballos.

Posa sobre el teatro La Ribera, con mucha sabiduría de su director esta brillante obra, otorgándole un atractivo singular, una puesta en escena brillante. Muy bien enmarcado el recurso del video, atractivas y distinguidas selección de imágenes, autenticas y relucientes de mi Buenos Aries querido, diseñado por Lucio Bazzalo.

Son sus protagonistas, Rosa (Muriel Santa Ana) & Julián (Agustín Rittano), una dupla de alto nivel, atractivos y pujantes personajes, nos sacan varias sonrisas, y una emotiva reflexión sobre el sinuoso camino del amor.

Excelente despliegue escénico, pasión, simpatía y entrega por completo de estos grandes actores.

Sensacional trabajo en la escenografía y/o vestuario acorde a la época, diseño lumínico y selección musical completa esta imperdible pieza teatral.

Redactora: Silvina Brandana

Ficha Técnica Artística

Dramaturgia: Florencia Aroldi

Intérpretes: Muriel Santa Ana – Agustín Rittano

Coordinación de producción: Mariana Toledo

Asistencia de dirección: Tamara Gutiérrez, María Leiva

Asesoramiento en milonga: Corina de la Rosa

Diseño de video: Lucio Bazzalo

Música original y diseño sonoro: Rony Keselman

Iluminación: Fabián Molina Candela