CASI UN FELIZ ENCUENTRO

“Somos hermanas. Siempre lo seremos. Puede que jamás desaparezcan nuestras diferencias, pero tampoco desaparecerá nuestra canción.” Elizabeth Fishel

Casi un feliz encuentro

De Griselda Gambaro

“Es asombroso pero en ése lapso que estuvieron juntas, Tona y Laura, se mantuvieron unidas por un lazo sanguíneo invisible que las mantuvieron suspendidas en tiempo y espacio, que las hizo tratar de acercarse pero que tal vez no tuvieron la suficiente sinceridad para lograrlo…”

Podríamos decir que, algunas veces y según las circunstancias, llevamos con nosotros una culpa opresora producto de nuestras difíciles relaciones fraternales, tal vez, debido a la distancia, a las discusiones, o a los crudos enfrentamientos con alguno de nuestros hermanos. Este podría ser el caso de Tona (Claudia Mac Auliffe), una dama llena de bronca y de un dolor eterno, en contra de su hermana mayor Laura (Sonia Novello), por haber dedicado su vida a cuidar a sus padres. Por su parte, ésta última, no la ha pasado muy bien tampoco en su lugar de residencia (aunque no parezca), porque el hecho de no estar junto a su hermana menor en los momentos más difíciles le ha traído terribles consecuencias familiares y de mucha angustia. A ambas, la soledad las abraza…

Pero, a pesar de todo, se produce el encuentro; al que se lo podría observar desde varios puntos de vista. Podría ser desde un corazón herido profundamente, como el de Tona, tratando de encontrar respuestas a preguntas que ya no tienen razón de ser; desde una soledad desesperada cuya dueña es Laura quien quiere entender y explicar lo inexplicable; desde las relaciones sociales patógenas, que buscan imperiosamente encontrarse para después lastimarse; o, quizás, desde los mandatos familiares, que están tan arraigados adentro nuestro que no somos capaces de ver el amor del otro. Queda en cada espectador decidir… (Por eso hay que verla).

Claudia Mac Auliffe, se luce muchísimo, esta esplendida en la piel de mujer despechada y abandonada. Su rostros, sus manos, su figura se mimetiza con ese rol que nos acerca al odio y nos aleja del entendimiento. Sonia Novello, se entrega con pasión a esa persona arrepentida, pidiendo una ayuda silenciosa que no la alcanzan a entender. Inmejorable su caracterización de alguien vencido y lastimado por la vida.

Sus voces y sus formas de dirigirse la una a la otra, se vuelve a veces hiriente.., otras divertidas.., aunque siempre con palabras llenas de dolor. No es nada fácil interpretar estos personajes con tanta carga, por eso destacamos sobremanera el desenvolvimiento de las actrices ya que le agregan al texto la sensibilidad que amerita.

La escenografía (Ariel Vaccaro), lo dice todo. Una mesa ratona, que divide mucho más que a las dos sillas muy separadas entre sí; la fracción es muy amplia casi se podría decir imposible de que se puedan acercar. La sobriedad de este encuadre nos demuestra la distancia que hay entre sus protagonistas. Los diseños de sus vestuarios (Merlina Molina Castaño), dejan ver el carácter y el modo de vida de cada una de las hermanas.

Recomendamos ver “Casi un feliz encuentro”, bajo la dirección del eximio Alejandro Vizzotti, porque como toda la dramaturgia de Griselda Gambaro, es un alegato a las relaciones humanas y en esta oportunidad nos deja ver como somos, como debemos ser ó como deberíamos ser desde la mirada del “otro”, según nuestras actitudes, nuestras acciones y nuestros sentimientos. Para no mostrarse indiferente, de vez en cuando sonreír y nunca dejar de pensar…

Exquisita puesta en escena, con magníficas actrices y un excelente texto.

¡Nuestra MAXIMA RECOMENDACIÓN!

Redactora: Estela Gómez

27/03/2016

Ficha técnico-artística

Autoría: Griselda Gambaro

Actúan: Claudia Mac Auliffe, Sonia Novello

Vestuario: Merlina Molina Castaño

Escenografía: Ariel Vaccaro

Iluminación: Mariano Dobrysz

Musicalización: Federico Zypce

Fotografía: Marco Riccobene