"No eres Todo. No eres yo. Porque aún poseo un cuerpo que me delimita. Porque tengo una identidad, y porque aún recuerdo mi nombre. Y sé que tú desearías poder acordarte del tuyo"
Laura Gallego García
Un vínculo posesivo, como podría ser el de un familiar, enfrentado a una interrelación personal azarosa puede llegar a producir en un individuo una silenciosa crisis de identidad que lo lleve a darse cuenta de diferentes formas existenciales que le han ocultado durante años. Tal es el caso de Juan (el Nene), un joven agobiado por la frustración parental (Papi) que encuentra en su camino a un hombre (Martín), que se interesa en él y lo hace recapacitar sobre su vida…
“Hablemos a calzón quitado”, de Guillermo Gentile, tiene un contenido fuerte y sensible a la vez, mostrándonos varios conceptos para analizar; uno de ellos podría ser la noción de “normalidad” e identidad que tenemos, comparándola con la propia naturalización de prejuicios y estereotipos producto del sentido común impuesto, siendo a partir de la concepción de éste término, “normal”, que derivan todas las formas de manipulación posibles. Con éstas cuestiones nos podemos dar cuenta de la dimensión y de la importancia tácita del guión, interesante por donde se lo quiera y pueda interpretar.
Emiliano Marino (Martín), con gran técnica, se presenta como alguien que de casualidad se posesiona ante el enorme deber de hacer abrir los ojos al “otro diferente”. Oscar Gimenez (Papi), con mucha presencia escénica, representa a la doble personalidad dispuesta a luchar para mantener su mundo intacto e inamovible. Ulises Pafundi (el Nene), despliega toda su capacidad profesional, para instalarse dentro de un ser especial, único e irrepetible, como somos todos…
Su director, Nicolás Dominici, supo con mucho razonamiento agrupar en los personajes un manojo de miserias humanas que de a poco fueron tratando de liberarse para “dejar ser” a alguien puro, llenos de posibilidades para crecer. Así mismo, los actores encontraron en su interior la misión de revelar, entre cuatro paredes, los pensamientos ocultos, los deseos sigilosos, el juzgar al otro sin mirar sus propias debilidades…Definitivamente, estamos frente a excelentes actuaciones.
Es muy valiosa la visión escenográfica (Iván Salvioli), ya que nos ubica perfectamente en el interior de una casa de la década del 70, al igual que el apropiado vestuario (Cecilia Carini). La iluminación (Facundo Besada, Nicolás Mizrahijuega) juega incesantemente para matizar los cambios de ánimo y para remontarnos, según corresponda, a una ensoñación indispensable para el relato.
Indudablemente, ésta obra de teatro se ha convertido en un clásico de todos los tiempos ya que su autor, Gentile, ha sido un creativo y visionario, uniendo dos órganos vitales e imprescindibles como lo son el corazón y la cabeza en pos de reflejar los heterogéneas sentimientos a través del tiempo. Y, la dirección de Dominici se ha encargado de revivirla bajo el mismo encuadre y con la misma pasión de sus orígenes.
Está recomendada para un público dispuesto a sonreír, a emocionarse, a replantearse actitudes y a pensar… ¡IMPERDIBLE!
Redactora: Estela Gómez
10/02/2016
Ficha técnico-artística
Dramaturgia: Guillermo Gentile
Actúan: Oscar Gimenez, Emiliano Marino, Ulises Pafundi
Vestuario: Cecilia Carini
Diseño de escenografía: Iván Salvioli
Diseño de luces: Nicolás Dominici, Nicolás Mizrahi, Iván Salvioli
Música original: Mirko Mescia
Operación de luces: Facundo Besada, Nicolás Mizrahi
Diseño gráfico: Ramiro Gomez
Asesoramiento literario: Ariel Pérez Guzmán
Asistencia de dirección: Diego Bellone
Prensa: CorreyDile Prensa, Ayni Comunicación, Romina Pomponio
Dirección musical: Mirko Mescia
Dirección: Nicolás Dominici
TEATRO BUENOS AIRES
Rodriguez Peña 411
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 48311538
Web: http://www.teatrobsas.com.ar/
Entradas desde: $ 200,00 - Miércoles - 21:00 hs - Hasta el 24/02/2016
Escribir comentario