01. septiembre 2015

DEJARSE IR

De Luis Quinteros

No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.

Paulo coelho

Lo que vivimos. Lo que sentimos. Lo que queremos.

El cerebro humano es la estructura más compleja del universo. Aprender a entrenar la mente para controlar el estrés, salir de la tristeza y, lograr dominar la angustia para que no nos invada, no es una tarea simple, es un desafío muy grande.

Una mujer, que experimenta una realidad que no quiere ver.

Dos hombres, en estado de vigilia, un estado de conocimiento de uno mismo y del entorno, pero bajo tensión constante.

Tres seres humanos abrumados y perdidos ante lo inevitable, la vejez y la muerte.

Las preocupaciones, los recuerdos, oscuros y frágiles momentos los acechan.

Cada uno desde su lugar, con su problema, pero muy conectados, muy cerca uno del otro.

Todos están cubiertos por una oleada inmensa de sufrimiento y desesperación, con una intensa punzada de dolor, que invade sus rutinarias vidas.

Una invasión de insectos intensificará y empeorará la crisis que está devastando el estrés traumático de Aída (MARÍA VIAU), sus vecinos Antonio (FERNANDO MUSANTE) y Ramón (GABRIEL YAMIL), acuden en búsqueda de una solución, si bien es llamativo lo que ocurre, tratan de darle una excusa a lo que pasa, pero lejos están de una explicación concreta, y menos aún de la razón de esta irrupción de larvas de moscas domésticas.

La confusión, el desorden emocional, lleva a atrincherarse al caos, a las pesadillas, a guardar silencio. La capacidad de una persona de reprimir sus deseos es proporcional al aguante que tiene la persona para ser infeliz y soportarlo, pero como todo, hay un límite.

Compartir el dolor, exteriorizar el conflicto por violento que sea, conduce e impulsa de alguna manera a ir superando difíciles barreras internas y ayuda a quitar la venda, que el sufrimiento no es exclusivo dentro de uno mismo, hay otros que pueden estar pasando por situaciones similares, que los hacía sentir “diferentes”.

Una vez más tengo el enorme placer de emocionarme, al igual que lo hice cuando acudí a la función, a la hora de analizar la obra, y escribir esta reseña.

Encontrar las estrategias particulares y adecuadas que permiten comunicarse con el público para atraerlo, para tocar sus emociones, concientizar y consolidar con las obligaciones morales, es la parte esencial de un proyecto de éstas características. Acá la gran habilidad de su autor LUIS QUINTERO se ve lograda y con creces; no sólo por su temática tan real, como vivencial, sino porque además involucra una multiplicidad de lenguajes, un texto dramático de excelencia, con un desarrollo de escenas que acompaña de manera acogedora los climas, logra tener una enorme capacidad de ternura para con los personajes que las componen.

Magistrales, sublimes, y estremecedoras actuaciones. Creíbles, emotivos papeles que trascienden ampliamente la cuarta pared. Simplemente un elenco Perfecto.

Una dirección sobresaliente a cargo de MAURO MOLINA, un reconocido por muchos, un maestro, que no deja nada sin articular, una puesta en escena sin fisuras, un único espacio que aprovecha al máximo, muestra tres casas diferentes y en ellas signan las dinámicas que finalmente se llevan adelante.

Una austera escenografía, acompañada por un ideal y preciso diseño lumínico, logra que todos en su conjunto, cuenten en 55 minutos una emocional historia, que convierte a los presentes en espectadores activos.

Mi respeto, admiración, y enorme orgullo por todos los que forman parte de esta pieza teatral independiente.

Felicitaciones y Gracias por brindarnos tanto amor y compromiso por lo que hacen, y ni hablar de su talento.

Sin más, I M P E R D I B L E!!! Para verla más de una vez.

Redactora: Silvina Brandana

Ficha Técnica Artístico

Elenco: Maria Viau, Gabriel Yamil y Fernando Musante

Dramaturgia: Luis Quinteros

Dirección: Mauro Molina

Diseño de vestuario: Lara Sol Gaudini

Diseño escenográfico: Jorgelina Herrero Pons

Diseño de iluminación: Horacio Novelle

Música original: Micaella Carballo