LA AMANTE DE LAWRENCE

“Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal” Madre Teresa de Calcuta 

“La amante de Lawrence”

                                     De Beatriz Matar

Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas,

llegando a menudo  a ser incontrolables 

El amor en sus diversas formas actúa como nexo de las relaciones humanas siendo uno de los temas más frecuentes en las artes creativas. Bajo la premisa:

"El amor puede tener muchísimas formas. Tiene que tener muchísimas formas. De lo contrario es tiranía, muerte, nada más." D.H. Lawrence (*); la eximia autora, directora y autora Beatriz Matar, nos adentra en un mundo de ensueños en donde la pasión hecha poesía se mezcla con la dura realidad diaria, con su obra “La amante de Lawrence”, una intensa y ferviente experiencia amorosa.

(*) Para ubicarnos en el tema, podemos decir que el escritor británico: D.H.Lawrence, tuvo como características en su literatura (entre otras cosas) temas relacionados con la salud emocional, la sexualidad humana y el amor sin límites. Sus opiniones, le causaron múltiples problemas personales, además de una eterna persecución oficial, sus escritos fueron censurados en varias ocasiones, pasando la mayor parte de su vida en un exilio voluntario, que él mismo denominó "peregrinación salvaje".

El hecho, acontece en un casco de estancia de la provincia de Buenos Aires, en la década de los`80. Allí, Laura (Verónica Alvarenga), es víctima de una vida cruel, llena de sinsabores y de traiciones. Está casada con Ramón (Jorge Booth), un peón de estancia sin expectativas, resignado a sus tareas, pero consciente de que el amor de su mujer, ya no es el mismo. A éste matrimonio, se le asoma una tercera persona, Andrés (Alejandro Velasco), un escritor famoso y enfermo que llena totalmente los días de Laura. Ellos, son dos seres que se atraen, que se enamoran y se derrumban, en un dramático final.

Encontramos varias aristas en ésta puesta; hay discriminación, al abordar una enfermedad incurable; hay violencia, al ver la convivencia de los esposos; hay fogosidad, en la relación de los amantes; pero, también, hay soledades, frustraciones, indiferencia, en los estados de ánimos de los personajes. Por eso, sentimos una multiplicidad de sensaciones, un cosquilleo a flor de piel que nos lleva a la reflexión.