VIDRIO

VIDRIO

De Javier Delgado

Los golpes sanan, pero las palabras se guardan y crean raíces, por eso, duelen más.

Las desilusiones te hacen abrir los ojos y cerrar el corazón.

La desilusión no te mata… ¡pero te enseña!, aunque siempre nos deja cicatrices.

Los conflictos son hechos inevitables e importantes de la convivencia social, estos tienen formas, procesos y resultados contradictorios, nos enfrentamos a ellos desde que tenemos uso de memoria; un proceso cambiante que nace, crece, se desarrolla y puede a veces transformarse, desaparecer o disolverse y otras veces permanecer estacionario.

Desde que el hombre apareció en la Tierra ha enfrentado el conflicto y ha ideado formas de solución desde las formas más primitivas hasta las más elaboradas en los tiempos actuales.

Podríamos afirmar que a lo largo de toda la historia los conflictos se han resuelto típicamente en dos formas: violenta y pacífica.

Tres mujeres desbordadas por sus propias vidas, deben enfrentarse a sus conflictos, el sentido crítico de sus problemas pueden dificultar sus situaciones, más si se presenta como forma ofensiva o de resistencia, situaciones de rencor o problemas personales como ocurre con ellas, son víctimas y victimarias del maltrato, la intolerancia, la falta de diálogo y respeto, el dejar que los conflictos se salden con violencia.

Vivimos en una sociedad asentada en la legitimación de diferentes formas de violencia, camufladas hipócritamente en valores como el poder, la fuerza, la competitividad, el éxito, las metas individuales…

Una venganza no premeditada, es la consecuencia de un conflicto mal abordado, será solo el comienzo para una salvaje aventura, donde la respuesta violenta ante los conflictos se ve como algo natural, normal e incluso como la única manera viable de hacer frente a los problemas y disputas que nos encontramos a diario. Por tanto, podemos exponer que actualmente vivimos en una cultura de violencia.

En palabras de su autor: “A través de esto, siempre teniendo en cuenta lo satírico y absurdo, exhibo la batalla del ser humano que libra contra todo aquello que le coarta su felicidad sin importar lo que esta signifique para cada ser”.  Javier Delgado.

Vidrio cuenta con diferentes matices, entre el humor negro, su trama intensa, absurda, provocadora y emotiva por momentos. Pero por sobre todo, es una obra potente y atrapante por el recorrido, por las profundidades de la identidad humana, nos confronta con quienes somos y quienes creemos ser.

Los actores muy convincentes, bien jugadas sus interpretaciones, exacerbados sus roles, dinámicos, muy buen trabajo gestual y físico lo que hace más atractiva las problemáticas.

Su autor y director, refleja con claro sentido el título de su creación, y expone con buenos resultados, la oscuridad y lo indecible, hasta donde puede llegar la bestialización humana.