EL TÍTERE

Obra teatral                                                                          Anti versión de La Gaviota de Antón Chéjov.  

EL TÍTERE

De Ricardo Dubatti

La pena capital mata de inmediato, mientras que la cadena perpetua lo hace lentamente. ¿Quién es más verdugo? ¿El que te mata en pocos minutos o el que tarda toda una vida?  Antón Pávlovich Chéjov 

Todo ocurre dentro de una sala en Rusia allá por 1910, analizan y discuten ambos actores el impacto estético e ideológico que tiene la obra teatral “La gaviota” de Chejov, mientras ensayan su adaptación Jan (CRISTIAN MAJOLO) y Anna (MARIANA DE CRISTÓFARO), su director y dueño del teatro, Salenko (EZEQUIEL RUIZ) aborda la cuestión delicadísima de mantener y que sobreviva su teatro a los factores que provocaron la crisis.  A su vez lo interesante, que Salenko sigue ensayando, y escribiendo su monólogo, el cual no puede aprendérselo. 

Todo influye en el arte de novelar, tanto la temática, como el ideario social, moral, filosófico y religioso, como la concepción y la realidad literaria del personaje y los problemas de la narración.   

En un rincón de la sala se encuentra el famoso dramaturgo y director de teatro Alan Alenichev (CRISTIAN THORSEN), ex compañero y socio teatral de Salenko, su arrogancia y superioridad, menosprecia con sus actitudes, directas o indirectamente el trabajo de quien fue su socio y presiona a Anna para que abandone la compañía teatral, convenciéndola de que está en decadencia él y su teatro. Así logra llevarla, prometiéndole un éxito como actriz en Moscú. Su ida, para Jan significó una obsesión compulsiva, una ceguera emocional que lo conduce a un triste final. 

Este mundo dramático con un cuadro realista, puesto que así lo exige el tiempo, donde la Razón y la Locura dicen sus opuestas palabras. De ellas se desprenden dos lecciones de crítica social contra las ambiciones y las pasiones, contra la egolatría y la desmoralización. 

Gran dramaturgia, interesante en muchos aspectos. Tanto en el amor como en la literatura. Nostálgica, melancólica y llena de amores no correspondidos, hacia el otro y hacia el arte.

Me encantaron las actuaciones, todos muy bien personificados! Pero, sobresalieron los actores Cristian Thorsen y Cristian Majolo, me impactaron con su papel, la excelencia y el carisma de los mismos se luce en su entrega, muy profesionales, técnica, actitud y energía de grandes.

Una dirección muy dinámica y detallista a cargo de Sebastián Berenguer, la puesta en escena estratégica y flexible su adaptación al espacio, la escenografía muy bien resuelta, vestuario e iluminación a la perfección, acompañó y brindó un mayor brillo a la obra, dándole un carácter particular a cada escena.

Muy recomendable!!!