21. septiembre 2014

HABLAR A LAS PAREDES

"No hay nada que se pueda comparar a la palabra y a la comunicación. No hay nada comparable a poder hablar a la persona adecuada en el momento adecuado en el que la persona a quien se habla tiene ganas de escuchar, y la persona que habla desea hablar" Carmen Martín Gaite

“Hablar a las paredes”

De Dardo Dozo

Dos hermanos, una tia y unos vecinos, se encuentran para intentar rebatir una realidad latente.

La comunicación es un hecho social complejo, a través del cual todos intercambiamos mensajes, inquietudes, experiencias y sentimientos. Sin duda, es una de las actividades fundamentales en el desarrollo y evolución de los seres humanos, por eso es importante comprender cuales son los mecanismos y las circunstancias que hacen posible o no, los intercambios de mensajes. Sabemos, que comunicarnos entre nosotros nunca es fácil, ya que, generalmente, una serie de situaciones naturales o adquiridas se sitúan como murallas ante la otredad. Tales muros, pueden ser: la baja estima, la observación exagerada sobre sí mismo y sobre “el otro”, la dominación, la indiferencia, la superioridad, y el miedo, además de otras. Igualmente, desempeña un papel vital en el desarrollo de nuestra compleja vida cotidiana y en nuestras relaciones interpersonales, encontrándose íntimamente ligada a nuestra capacidad de aprendizaje para lograr resolver todo tipo de problemas, como podrían ser los familiares. Indudablemente, un dramaturgo que se ocupa de éstos temas es el investigador teatral Dardo Dozo, quien tiene la inquietud de dramatizar las acciones humanas escondidas, haciendo explícito lo que está implícito, para que podamos vernos reflejados y pensar. Hoy, vemos una de sus obras maestras, “Hablar a las paredes”, la última parte de su trilogía “Dos elencos... un viernes cada elenco”, que se presenta todos los viernes en el teatro La Tertulia.

Para ésta puesta en escena, la comunicación es un punto crucial debido a que, la trama se centra en el día que fallece el padre de la familia, y es ahí donde apreciamos que los parientes están atravesados por la ausencia de conexión de sus pensamientos, emociones y sentimientos, que son exteriorizadas através de la acción y/o el lenguaje verbal o gestual. Descubrimos en sus personajes principales, Felisa (Pamela Delía) y Félix (Juan Stuto), a dos hermanos con una relación “bloqueada”, con poco diálogo o superficiales, pareciera que nunca tuvieron un lazo profundo. También, encontramos un trato “dañado”, con reproches, sátiras, críticas destructivas y silencios prolongados, aflorando las distancias y los vínculos débiles; salvo, la tía Margarita (Vikki Barquiza), que nos indica por medio de su conducta todos sus estados de ánimo, estamos ante un diálogo patológico, donde cada uno dice y entiende lo que quiere y puede. Por último, vemos una característica particular que consiste en buscar la intervención de terceros, ya que un matrimonio de vecinos, Marianela (Agustina Liebehenz) y Antonio (Rodrigo Ariel Leonardo), y, una amiga de sus padres, Rosa (Ana Laura Reichenbach) los visita para saludarlos por ese acontecimiento irreparable, siendo los disparadores para entablar una larga y controvertida conversación reveladora, buscando un “desplazamiento”, un motivo para comenzar a hablar, porque solos no se sienten competentes para resolver las diferencias y las verdades existentes entre ellos. Pero, la terrible realidad hace que los visitantes se retiren y siga todo igual.

Es muy meritorio el desempeño de los actores, Juan Stuto, Pamela Delía, Agustina Liebehenz, Rodrigo Ariel Leonard y Ana Laura Reichenbach, que conocen plenamente a sus personajes por dentro y por fuera, convirtiéndolos en reales, dejando fluir abiertamente sus emociones y limitaciones. Para destacar, es la brillante actuación de Vikki Barquiza, que en su papel de tía Margarita, es la que expresa el sentido de toda la obra, ella es el silencio, la enfermedad y la adecuación, según se le presenten los hechos. Inconcientemente nos involucramos con ella, viviéndola, es inevitable no mirarla y seguir todos sus movimientos. Elementos escenográficos precisos, y adecuadas combinaciones de luces, de acuerdo con las circunstancias, hacen revivir la magia de un teatro que pretende cautivar con efectos propios e inesperados.

Hay varias razones para ir a ver éste hecho teatral: Porque trabaja con una ironía muy cotidiana, reflejándonos; porque contiene una interesante misión, una “razón de ser” muy movilizante; porque tiene un texto con muchas propuestas, que llama al cuestionamiento; porque su director, Dardo Dozo, orienta a sus artistas para que nos alimentemos de sus infortunios y de sus energías, convirtiéndose en una dualidad inseparable que atrapa.

Redactora: Estela Gómez

19/09/2014

Ficha técnico- artística:

Dramaturgia: Dardo Dozo

Actúan: Mariel Albó, Vikki Barquiza, Mario Campodónico, Pamela Delía, Melisa Fernández, Rodrigo Ariel Leonardo, Agustina Liebehenz, Pablo Moseinco, Ana Laura Reichenbach, Juan Diego Stuto, Celeste Valenzuela

Diseño de vestuario: Alejandra Espector

Diseño de escenografía: Héctor Calmet

Diseño de luces: Héctor Calmet

Realización de objetos: María Cristina Pieri

Edición de sonido: AftermIXdown

Video: Vindicator, Gabriel Davia, Stephanie Krzywinski

Música original: Vikki Barquiza

Fotografía: Ricardo Valenzuela

Diseño gráfico: Mariel Sanz

Asistencia de vestuario: Cecilia Gómez, Romina González, Camila Jaramillo

Asistencia de dirección: Mariana Musso., Magali Roja

Prensa: Tommy Pashkus