MIRANDA
De Ulises Puiggrós
“Es tal la maraña que llevamos con nosotros
que frecuentemente somos injustos
con nuestros padres,
porque o los consideramos cuasi santos o crueles tiranos”
Eso que identificamos como sentimientos hacia nuestros padres es una red intrincada de aprendizajes, condicionamientos, adoctrinamientos y vínculos no identificados que nos llevan a asumir posturas extremas: todo bueno o todo malo.
Abel Pérez Rojas.
San Pedro, provincia de Buenos Aires, Don Carlos ha fallecido.
Su muerte ha sorprendido totalmente. Ya han pasado casi todos los familiares, amigos y vecinos por la casa. Pero la visita sorprende e inesperada de una famosa actriz Miranda (Lucia Romina Escobar), traerá una tensión que obstaculizará el diálogo, y un gran secreto impedirá la búsqueda solidaria de soluciones a los problemas, que se dan entre la rigidez intergeneracional de los viejos y los jóvenes.
Las condiciones para establecer una relación madura, sabia, que sea la vía que nos capacite a comprender el actuar de nuestros padres, es a su vez entender cómo nuestro pasado nos ha colocado en la posición que estamos.
Hace apenas un par de décadas la mayoría de la población provenía de extracción rural, nuestros padres y abuelos fueron formados bajo el principio absoluto que marcaba nuestras vidas resumido en la frase: en ser “normal”.
Realmente la ignorancia es la madre de muchos atropellos, la ignorancia que viene desde la escuela, que se valida con la religión cristiana, deviene en la aceptación consiente o inconsciente de muchos prejuicios, de mitos absurdos y de muchos conflictos sin sentido. Una etapa de silencio doloroso y de distanciamiento insensato.
Cora (la viuda) Ana Ricciardi, Luis (su hijo) Ulises Puiggrós y Carmina (esposa de Luis) Tati Martínez ven a Miranda, desde distintos puntos de vista, con actitudes y valores diferentes.
La conmoción surgió y dio paso al miedo, a la culpabilidad y a preguntarse constantemente y sin pausa: ¿Qué habíamos hecho mal?... ¿Por qué nos pasaba esto?...
A partir de entonces, la angustia, la pena, las peleas se oponían a ella y a sus ideas homosexuales, pensando que podía lograr que cambie, y que sea como “todo el mundo…”
No podían ni querían abrir su mente y su corazón para aceptarla.
La respuesta es una sola: desde el amor, sin prejuicios… sólo desde el amor. ¿La encontrarán?
Vivir es luchar.
Por eso, el pesimismo de Henrik Ibsen no es absoluto. Sobre las proyecciones de los sucesos de la infancia sobre la vida adulta, con el frío examen de la sociedad, con la incisiva búsqueda de la condición moral del individuo.
La gran batalla debe, pues, comenzar por la forja de una personalidad firme y decidida.
Una obra muy rica, no sólo por su temática, sino especialmente por su forma de contarla. Una pedagogía variada y plural, conversaciones que giraban en torno del género, pero también contenían un verdadero caleidoscopio de experiencias, enseñanzas, preferencias y posiciones estéticas y puntos de vistas que bien vale la pena pensar.
Maravillosas actuaciones. Muy creíbles y excelentemente representadas. Con una gran relación afectiva a su papel. Alto profesionalismo en escena.
Todo absolutamente contemplado y asociado, diseño escenográfico, utilería, vestuario, iluminación. Una puesta en escena sin fisuras.
Impecable y acertada dirección a cargo de su autor, ULISES PUIGGRÓS.
Felicitaciones!!!
Calificación: EXCELENTE
Redactora: Silvina Brandana
Ficha Técnica Artística
Actores:
Miranda: Lucia Romina Escobar
Cora: Ana Ricciardi
Carmina: Tati Martínez
Luis: Ulises Puiggrós
Dramaturgia: Ulises Puiggrós
Voz Noticiero: Martín Wullich
Colaboración: Lucia Romina Escobar
Vestuario: Catalina Motta
Luces: Laura Pla
Escenografía: Laura Pla
Asistente de Dirección: Jose Bussaca
Dirección: Ulises Puiggrós
Teatro: Taller del Ángel
- Mario Bravo 1239 – CABA Palermo
Viernes 21 hs
Estreno: 22 de Agosto hasta 3 de Octubre (7 funciones)
Reservas: (011) 4963.1571
Duración: 1 hora
Localidades $90 / $70 estudiantes y jubilados
https://www.facebook.com/mirandaobradeteatro
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