“Tierra del Fuego”
Mario Diament se basó en una historia real para escribir esta obra que conmueve por su actualidad: la de Yael, azafata israelí que en 1978, a los veintidós años, es víctima de un atentado terrorista realizado en Londres contra su compañía aérea, y en el que muere una amiga.
La acción transcurre entre Inglaterra e Israel. Yael (representada por Alejandra Darín) milita a favor de la paz entre Palestina e Israel. Más de veinte años después del atentado decide visitar a uno de los responsables del mismo, preso en Londres. Visita a Hassan (Carlo Argento) para poder entenderlo, pero no puede dejar de juzgarlo y condenarlo, al comienzo. El abogado del terrorista (Juan Carlos Ricci) le pide que abogue por su liberación, y ella regresa a su país confundida. Se debate durante largo tiempo entre lo que “debería” pensar y lo que su conciencia está comenzando a hacerle entrever: que hay otra verdad posible. Se enfrenta con su marido, Ilan (Ricardo Merkin), que no puede aceptar sus cambios, y con Gueula, la madre de su amiga muerta (Elena Petraglia). El conocer cierto pasado de su padre (Miguel Jordan) le da la clave que necesita para tomar una decisión.
De un modo ingenioso, Diament hace circular la historia también por el territorio de la Argentina, y además de alguna alusión a nuestras luchas privadas mediante la mención del Mundial ‘78, aparece nuestro sur. Tierra del Fuego se convierte para Hassan en una especie de tierra prometida, un lugar idílico donde escapar del horror de la guerra y de los recuerdos. La expresión “fin del mundo” refiere a ese lugar lejano, pero también, según mi interpretación, hace vislumbrar tímidamente el fin de milenios y milenios en que la humanidad se ha desangrado en luchas por poder, por comercio, por territorio. “A veces no se hace lo que es justo sino lo que es necesario”, dice uno de los personajes. Pero otro, el de Yael, está empeñado en buscar lo justo. Y por ese camino llega a la compasión.
A la solidez del texto, se le suman varias cosas para hacer de “Tierra del Fuego” algo casi “necesario” de ver. Una interesante puesta en la que varios espacios se cruzan, haciendo que una larguísima historia se torne sumamente ágil. Actores, todos ellos, con mucho oficio. (Especialmente destacable el trabajo de Alejandra Darín, que debe pasar de una situación a otra muy diferente en segundos, con cambios de energía notables.) La música que genera el denso clima necesario; vestuario y escenografía austeros y absolutamente acordes; la iluminación justa. Y sobre todo, un enfoque, quizá polémico para algunos, pero respetuoso y honesto, de un tema muy difícil y doloroso para la humanidad entera. Necesario espectáculo, entonces, para que podamos “empezar a hablar sobre la paz”, como dice la protagonista en el saludo final.
En este momento del conflicto palestino-israelí, necesito salir del comentario teatral y sumar mi voz a la de Alejandra, a la de Diament, a la de todos ellos. Necesito decir que lo único que importa es la paz. No importa lo que unos u otros hayan o hayamos sufrido. Importa que nadie más sufra, en especial los niños. Esto genera también “Tierra del Fuego”, la necesidad de hablar. Sea bienvenida.
Calificación: ALTAMENTE RECOMENDABLE
REDACTORA: Marián Alfonso
FICHA ARTÍSTICO-TÉCNICA:
Dirección: Daniel Marcove
Actores: Alejandra Darín
Carlo Argento
Ricardo Merkin
Juan Carlos Ricci
Elena Petraglia
Miguel Jordán
Escenografía e iluminación: Tito Egurza
Realización escenográfica: Ma. Jose Crivella y Marina Apollonio
Diseño de vestuario: Daniela Taiana
Realización de vestuario: Lidia Benitez
Música original y diseño de sonido: Sergio Vainikoff
Cantante: Ana Moraitis
Fotos: Gianni Mestichelli
Diseño gráfico: Pedro Flores Maldonado
Asistencia de dirección: Iardena Stilman
Asistencia de producción: Darío Orsi, Beatriz Abrigo
Prensa: Simkin&Franco
Teatro El Tinglado, Mario Bravo 948.
Sábados 20 hs., domingos 19 hs.
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