LA VARSOVIA

LA VARSOVIA

De Patricia Suárez

"El grado de civilización de una sociedad se mide por el grado de libertad de la mujer."

Fourier, Charles

Un hecho real, que sucedió en nuestro país, Argentina.

Un tema que fue tabú por muchos años.

Una problemática a nivel internacional y/o a nivel nacional.

Porque demuestra cómo opera la trata de personas, negocio ilícito que se ha convertido en el tercero más lucrativo de todo el mundo.

(Zwi Migdal) fue una red mundial de trata de personas que operó entre 1906 y 1930 con sede en la ciudad de Buenos Aires, y sucursales entre otras ciudades, como Rosario por ejemplo. Fue una de las grandes plazas prostibularias argentinas. En su puerto recalaban muchos barcos de ultramar y con ellos, gran cantidad de marinos inquietos y ávidos de mujeres. Esta situación había incidido en el desarrollo de la prostitución en gran escala, convirtiendo a Rosario en la segunda ciudad en importancia respecto de la trata de mujeres. Llegó a conocerse, por entonces, como “la ciudad de los burdeles”.

Cuya red, estaba conformada por delincuentes de origen judío que se especializaban en la prostitución forzada de mujeres judías.

Ante las difíciles condiciones económicas; los integrantes de la mafia se presentaban como judíos que habían conseguido prosperar en América y que volvían a su tierra para buscar una mujer con quien casarse. Las condiciones objetivas de miseria y violencia hacían que las jóvenes y sus familias vieran en la oferta matrimonial una oportunidad que no podía ser rechazada.

Este penoso destino le esperaba a la joven judía polaca Rachela (VIRGINIA JAUREGUI), reclutada mediante un fraude, abandonará toda su inocencia de golpe, y será ella misma quien descubrirá la verdad en este trágico viaje.

Un ser despreciable Mignon (JUAN GONZÁLEZ), es quien roba no sólo su inocencia, fragilidad e ilusión, sino el sueño de creer en un verdadero amor.   

Enmascarada por la complicidad, dice ser su “cuñada”, hermana del proxeneta (VANINA GARCÍA), quién también no dejaba de ser una víctima de sus sentimientos y ambición, es quién y en consecuencia, muestra la prostitución cómo un negocio activo y redituable para el que solía ella reclutar con engaños a mujeres europeas. Es real que hubo inmigrantes trabajadoras del sexo que llegaron a estas playas sabiendo a qué atenerse.   

Una obra con una trama sencilla, pero con un fuerte, emotivo y sentido mensaje de concientización, que provoca una mezcla de sensaciones, indignación, repudio por doquier y desesperación infinita por buscar y encontrar una solución definitiva a semejante delito, de tanta gravedad, la compraventa de Seres Humanos. Una problemática social y global. Que ante el silencio que por años perduró, y que sigue estando aún oculto, el tema de la trata de blancas, dentro de una obra teatral como VARSOVIA es un pequeño grito de denuncia de lo que existió, y sigue lamentablemente existiendo.   

Con respecto al elenco, muy correcto me agrado sus actuaciones, muy bien personificado, con buena predisposición ante ciertas situaciones conflictivas dentro de la dramaturgia, pero me faltó más autenticidad en cada rol, más autoridad escénica, por momentos la proyección en su voz disminuía, y lo gestual estaría bueno ser más exagerado, ya que la temática sensibiliza por sí sola, y quizá con estos detalles, pueda seguir manteniendo la vitalidad, la importancia del mensaje. 

Estratégica, funcional, atractiva y didáctica escenografía, su desplazamiento es parte de la historia, esencial para marcar cada acto, representa sus diferentes espacios en el barco con mínimos detalles. Magníficamente utilizada y montada por los mismos actores.  

Iluminación y sonido, elección de la música y vestuario, sin fisuras.

Cuidada, sutil, respetuosa y muy perfeccionista la dirección a cargo de MARCELA ROBBIO.