ESQUINAS EN EL CIELO

"Esquinas en el cielo"

Mariana Mazover

"Lo siniestro es aquello que teniendo que permanecer oculto se ha revelado" - Schelling –

Atrapada en su anticuado vestidito de volados, sentadita sobre su cama, Lucrecia espera (Alejandra Carpineti)... Espera que el público se acomode, espera que el silencio invada su lóbrego reducto, espera el utópico regreso de su madre, ella espera y para amenizar la expectativa mantiene intensos diálogos con su compañera invisible, Matilde. Lucrecia es una criatura singular, con un férreo carácter y al mismo tiempo sumamente vulnerable. Su vida se reduce a estudiar la Biblia, mirar por una ventana que no muestra más que una naturaleza diseñada a conveniencia, imaginar lo que pasa allá afuera y aguardar a que la campanilla que anuncia que una sorpresa que ella deberá canjear por cupones de colores ingresará por una pequeña abertura en la puerta. El único contacto con el mundo exterior es su padre (Daniel Begino), el la quiere a su manera y la forma de demostrárselo es preservándola, asi la mantiene en una edad indefinida, atemporal. Adela, una nueva maestra (Lala Mendía) ingresará a la vida de Lucrecia, su misión es instruirla en francés, cuando conoce a la niña no tan niña le comunica a su empleador que seguramente ella no sea la persona indicada para llevar a cabo semejante tarea pero sus reclamos no serán escuchados, se verá obligada a entablar algún tipo de relación con su alumna, aunque esta no sea la más favorable. 

La dramaturgia de Mariana Mazover se encuadra dentro de lo fantástico, un genéro que es muy viable en la literatura pero bastante difícil de trasladar al teatro sin embargo su dirección dá en el punto clave para que la magia se produzca. Con personajes tan ricos se necesitaba de actores que pudieran explotar al maximo cada rol y la elección no pudo ser mejor, los tres actores tienen un desempeño impecable y conmovedor. La escenografía es fundamental en esta puesta, se necesita de un marco visual que ubique al espectador en un cuarto subterráneo, oscuro, oprimente y desolador y Felix Padrón hizo un trabajo estupendo. Acompañan este hecho un vestuario (Pía Drugueri) y una técnica totalmente acorde. 

"Esquinas en el cielo" es un hecho teatral tan apasionante como peturbador, imposible permanecer indemne a todo lo que se ve y oye sobre el escenario. Es una magnífica propuesta para ver una tarde de domingo en este otoño tan benévolo que estamos transitando, podemos completar la cita degustando antes o después una deliciosa merienda en el bar del teatro.