EL PRIMERO

“Sólo hay un principio motriz: el deseo” Aristóteles

 

                “El Primero”

                            De Israel Horovitz

 

¿Por qué el hombre siempre quiere ser “el primero”? ¿Porque es un instinto que lo lleva paulatinamente hacia un objetivo irracional, o porque es una necesidad interna producto de un arraigado mandato social, impuesto por el “status quo” de turno? Para algunos, el deseo es la causa del sufrimiento mismo y para otros, es la felicidad completa.

 

Si queremos interiorizarnos más sobre éste concepto, no podemos dejar de ver la obra teatral “El primero”, de Israel Horovitz, premiado dramaturgo, guionista de cine, novelista y poeta estadounidense, que se destacó por escribir más de 70 obras que recorren asiduamente el mundo y por mantener una larga amistad con el dramaturgo irlandés Samuel Beckett, en quien encontró un modelo para su estilo y la inspiración necesaria para sus trabajos. Sus escenas, giran en torno a cinco seres humanos que se disputan por estar delante de una línea permanentemente.

                                                                          

Cada espectador puede recibir éste hecho teatral de diferente manera, según sus propios conceptos; tal vez,  podemos verla como una realidad constante, como un ejemplo de la vida cotidiana, quizás, imperceptible para algunos y muy notorios para otros, que emerge como resultado de un universo heterogéneo, complejo y cambiante, y derivados de nuestro sistema conciente e inconciente. Convengamos que, para el psicoanálisis freudiano, el funcionamiento de nuestra psiquis está compuesta por tres instancias: la primera, es la expresión irracional de las pulsiones y los deseos; la segunda, es la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales; y, la tercera, son los mecanismos que se desarrollan para que convivan los dos primeras dentro de los marcos que la realidad permite. Este es uno de los puntos de vista, por donde podemos comenzar a apreciar el argumento.

 

Como dijimos, la primera instancia, es en donde habitan las ambiciones y los impulsos, que es lo que pensamos que sienten éstas cinco personas que se encuentran haciendo  una cola, una fila de algo que nadie sabe a que se debe, pero en la que todos quieren estar continuamente en el primer lugar. Cada una de ellas, defiende su derecho a ser primero no sólo por el orden de llegada sino también por el poder y la autoridad que les da ocuparlo, aquí, es cuando la segunda instancia aparece, ya que es la encargada de respetar y hacer cumplir las reglas que un sujeto acata en la sociedad. Y, por último, aparece la tercera instancia en esas personalidades tan disímiles, como es el equilibrio que puede llegar a permitir satisfacer sus necesidades de una manera razonable, a través de la sociabilización con el otro.

 

Con ésta superposición de estados como base, al ver la puesta en escena, nos sentimos dentro de una mente humana, visualizando la lucha entre las instancias, espectadores de nuestros conflictos inconcientes. Pero, lo más interesante es que nos lo presentan desde el humor y la ironía, produciéndose una obramaestra. Entonces, según como se desempeña el aparato psíquico, podemos encontrarnos con las diferentes personalidades influenciadas por el modelo social imperante, los conflictos originados por una cultura impuesta, ya sea, desde los medios de comunicación o desde el propio devenir de un sentido común marcado por los preceptos familiares. En fin, miles de roles, conductas, estados de ánimos, sentimientos, afloran inevitablemente como muestra de cómo, la mayoría, de los seres humanos vivimos y sentimos.

 

Las actuaciones son impresionantes; los actores se compenetran a tal punto con su papel que nos dejan atónitos al mirarlos y podemos afirmar que no podrían estar mejor seleccionados para representarlos.

Matías Barki, realiza una brillante demostración de su manejo escénico, con sus miradas profundas y sus acciones bien marcadas, logra ponerse en la piel de Esteban, un ser un poco psicópata y acaparador por sobre todas las cosas, tratando de explicar porque quiere ser “el primero”.

Mariano Espinosa, se desenvuelve muy hábilmente en su rol de Fleming, comenzando como alguien estructurado para luego demostrar que se puede des-estructurar apresuradamente, según corresponda la ocasión; aunque continuamente dolido por no estar en ese lugar tan añorado.

Mariana Rivas, le da vida a Molly, una joven aburrida, aparentemente vacía, pero bien astuta a la hora de querer lograr sus cometidos y verborrágica y contundente al explicar sus verdades; una actriz muy decidida logrando un personaje muy audaz.

Como podríamos definir al personaje de Juan Emilio Veliz, actuando como marido de Molly? ¿Como alguien incrédulo y distraído, o, como quien no quiere reconocer lo que se da cuenta? Es, quien se compadece porque si alguna vez fue “el primero”, ahora llora porque pasó a ser el último. Gracias a la gran interpretación del actor logra aclararnos en escena sus percepciones y su postura, admirablemente. El temple calmo que nos presenta Esteban Barbera (Dolan), ocultando su aire de superioridad, coincide perfectamente con sus dichos y su hacer, ya que no hay nada más explícito como entrar con una silla a sentarse a esperar, porque como él deja entendido:“ el segundo, espera la oportunidad para ocupar el primer lugar”; excelente, elactor, en su representación.

 

Valoramos, la aguda mirada de su director, Roberto Saunier, a la hora de darle un sentido práctico, entendible, risueño y sorprendente a éste texto, con el agregado, según lo que podemos observar de orientar a los artistas a disfrutar de lo que hacen, y, esto se nota en escena. Así  mismos, recalcamos su trabajo constante, ya que también  dirige dos obras actualmente en cartel: “Mejor no me lo digas” (Autor, Director), y, “La Radio, ¿qué hago yo sin vos?” (Dramaturgia, Director), también en el teatro Brilla Cordelia.

 

Estamos convencidos que, en ésta trama y con éste equipo técnico-artístico, se cumple fehacientemente lo dicho por el autor en una de sus tantas entrevistas: “Uso la comedia para introducir a la audiencia en algo que es serio. Es como un truco, hacer reír a la gente y tenerlos ahí para luego darles algo más serio. Me gusta que las cosas sean serias y divertidas” Israel Horovitz.

Recomendada para recrearnos y, a la vez, si lo deseamos, para analizarla con pensamiento crítico.

 

Redactora: Estela Gómez

                             

Ficha técnico- artística

Autoría: Israel Horovitz

Traducción: Analia Mayta

Actúan: Esteban Barbera, Matias Barki, Mariano Espinosa, Mariana Rivas, Juan Emilio Veliz

Diseño de luces: Joel Saunier Rébori

Fotografía: Carlos Lombardi

Diseño gráfico: Carlos Lombardi

Asistencia coreográfica: Julián Aguirre

Asistencia de dirección: Carlos Lombardi

Prensa: Laura Castillo

Diseño de coreografía: Marianela Ré

Dirección: Roberto Saunier

 

EL PRIMERO HDEL PRIMERO HD

www.facebook.com/elprimerodeisraelhorovitz

Duración: 60 minutos

 

BRILLA CORDELIA

Juan D. Perón 1926 Capital Federal

- Buenos Aires - Argentina

Teléfonos: 3979-4823

Web: http://www.brillacordelia.blogspot.com

Entrada: $ 60,00 - Sábado - 23:00 hs -

Hasta el 10/05/2014

 

 

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