"Donde se pierde el
interés, también se pierde la memoria"
Johann Wolfgang Von Goethe
El Diablo pellizca
De Claudia Carbonell, Alejandra Adela González
Un grupo de personas, se encuentran dentro de una experiencia teatral inolvidable, demostrando que el arte y la pasión son dos herramientas eficaces y completas para enfrentar el paso del tiempo.
Quizás, no nos damos cuenta que la vida es como una película en donde vemos que las diapositivas de nuestra cotidianeidad van pasando raudamente ante nuestros ojos, todo en continuo movimiento, y que, tal vez, en algún momento, nos podemos llegar a enfrentar a una quietud inesperada, a un estado mental impensado, anclados en el tiempo pasado, perdidos en un mundo lleno de contenidos añorados, fijados en un instante clave para nosotros. Pero, ¿por que nos puede pasar esto? ¿Será que estamos tan a gusto en “ese estado”, que no podemos dejarlo? ¿O será que necesitamos continuar con ese placer para seguir avanzando? Muchas preguntas, variadas respuestas, miles de reflexiones, y, una obra de teatro…”El Diablo pellizca”, de Claudia Carbonell, Alejandra Adela González, ambas dramaturgas que brillaron, también, en la autoría de “Bajo once metros de cemento” (2011/2012/2013), obteniendo varios galardones y nominaciones.
La acción de “El Diablo pellizca”, transcurre en un asilo de ancianos, en donde viven Don Giuseppe (Amadeo Pellegrino), un habilidoso con sus manos, Don Dante (Gerardo Niñe), un eterno milonguero, Don Jacobo (Javier Gómez), un vehemente predicador, y la Sra. de Gutusso (Sandra Grandinetti), una inquieta damisela; ellos, junto a su ,alegre y comunicativa, asistente Lali (Silvia Villazur), transcurren sus dias en una realidad naturalizada, tomando sus medicamentos y dejando que las horas transcurran sin motivación alguna. Hasta que llega una artista reconocida, Doña Joaquina Catuara Chauí (Matilde Campilongo), con un cuadro de “demencia senil”, irreparable, según algunos. Ella, quedo detenida en su época de actriz famosa y no recuerda su pasado, ni escucha nada de su presente. Su hija, Rita (María Laura León), una amable arquitecta, hace lo imposible para recuperarla. Pero, es su eterno amigo, el honorable partenaire y fiel colaborador de su madre, Horacio Albarracín Andrada (Fernando Armani), que la visita asiduamente, quien encuentra la manera de volverla a la realidad. Con amor y con teatro, la actriz y sus compañeros pasan momentos únicos que los hacen revivir, encontrando, ella, por fin el remedio justo.
El elenco completo, cumple con todas nuestras expectativas, y aún más.
El actor Amadeo Pellegrino, muestra su gran sensibilidad a la hora de interpretar a un ser un poco cascarrabias; Gerardo Niñe, deleita con su picardía de bailarín noctámbulo y jactancioso; Javier Gómez, sorprende con su personificación de pastor enajenado; Sandra Grandinetti, atrapa en su papel de ama de casa fuera de control. María Laura León, tiene un delicado manejo de su personaje ya que, con mucha idoneidad actoral expresan los sentimientos que nacen de su corazón A Matilde Campilongo, como gran actriz, se la ve segura, desenvolviéndose dúctilmente en su papel, demostrando su experiencia y su profesionalidad en todo momento. Para destacar, es la actuación de Fernando Armani, ya que aporta presencia artística, con marcado conocimiento actoral, su rostro demuestra lo que su alma va sintiendo, todo un actor de raza. Y, para enfatizar y aplaudir es el desenvolvimiento en escena de Silvia Villazur, que nos llega desde el comienzo hasta el final, con su gracia y su carisma sin igual.
La técnica de romper con esa pared imaginaria que separa a los actores del público a la hora de empezar, da mucha confianza y comodidad; la escenografía (Jorge López) está compuesta por un perchero, para el cambio de vestuario (Jorge López) que simboliza las distintas situaciones y los distintos estados de ánimo y por una pequeña mesa con varias sillas cuyo tapizado expone las páginas de periódicos de antaño, una idea muy original y acorde. Las interrupciones lumínicas (Gustavo Dimas García) y la musical (Analía Rosenberg), provocan un corte y un re acomodamiento de situaciones, para imaginar y dejarse llevar.
Claudia Carbonell, como directora, orienta a interpretar su espectáculo comparándola con la vida misma, los habitantes de ese lugar somos cualquiera de nosotros, dejando como mensaje el darnos cuenta que podemos hacer mucho para seguir adelante y volver a empezar.
Es una puesta para invitar a verla, porque podemos disfrutar, pensar, analizar, reír y llorar, ¿qué más podemos pedir? hay talento, trabajo a conciencia, dedicación, amor por el arte, creatividad. Recomendada, para todos los grupos de pertenencia, ya sean teatrales o sociales. .
ALTAMENTE RECOMENDABLE.
Redactora: Estela Gómez
Ficha técnico- artística
Dramaturgia: Claudia Carbonell, Alejandra Adela González
Actúan: Fernando Armani, Matilde Campilongo, Javier Gómez, Sandra Grandinetti, María Laura León, Gerardo Niñe, Amadeo Pellegrio, Silvia Villazur
Peinados: Federico Brú
Diseño de vestuario: Jorge Lopez
Diseño de escenografía: Jorge Lopez
Diseño de luces: Gustavo Dimas Garcia
Música original: Analía Rosenberg
Asistencia de vestuario: Laura Croce
Asistencia de dirección: Maria Horton
Producción general: Ruhesi Producciones
Dirección: Claudia Carbonell
Duración: 75 minutos
PATIO DE ACTORES
Lerma 568
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4772-9732
Entrada: $ 90,00 / $ 70,00 - Sábado - 21:30 hs -
Hasta el 17/05/2014
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