17. febrero 2014

CAFÉ IRLANDÉS

De Eva halac

Las palabras nuestras de cada día

Me sirvo de ellas, ellas me usan a veces (o casi siempre), las desmenuzo y las vuelvo a armar, me permiten entender lo que puedo nombrar, las saboreo en el fondo de la lengua, las estiro como ligas, las escondo en el armario y un día domingo las invito a salir, intento hacer malabares con ellas, revelan lo que soy y lo que quisiera ser: las palabras me intimidan pero son mi intimidad más pura.

Fuente: http://palabrasaflordepiel.com/about/

Tantos años, sin embargo, seguir hablando de ella, es […] “un ir y venir pleno de fluidez a lo largo del tiempo, la fulgurante trayectoria de una mujer controvertida e inolvidable” […] así dice la obra literaria latinoamericana escrita por Tomás Eloy Martínez (MICHEL NOHER) en su novela “Santa Evita”.

El ex periodista del diario La Nación, quien escribía críticas cinematográficas, después de un largo tiempo, reúne documentación de su ardua investigación, cargada de misterios, y se dedica a reconstruir en clave de ficción, el penoso destino de ese cuerpo demasiado célebre.

Quien acompañó esta investigación, café tras café, reuniones en diferentes puntos de encuentro, y hasta se podría decir que pasaron por momentos difíciles, fue su amigo Rodolfo Walsh (GUILLERMO PFENING), no porque le importara según él, sino por lo que gira alrededor de la figura mítica de Eva Perón y su cadáver embalsamado y fantasmal que anduvo escondido por la sede de Inteligencia del Ejército de la calle Viamonte tras el golpe de 1955, y luego tapado con una lona en la calle 25 de mayo, después de ser robado de la CGT para terminar enterrado en Italia con nombre falso y ayuda del Vaticano.

Toda esta información fue extraída a través de la entrevista que le hace al coronel Moori Koenig (GUILLERMO ARAGONÉS), quien accede a la misma, con la clara intención de dar indicios, pero nada de certezas. Aunque su relato por momentos impregnaba un grado de catarsis, en especial por su ira cuando hablaba y decía: “si supieran lo que he hecho por ellos, esos roñosos. Creen que yo tengo la culpa”.

Es en ese preciso momento cuando Walsh le ofrece escribir su historia, que será exclusiva de Paris Match, de Life. Cinco mil dólares, diez mil, lo que quiera. ¿Dónde, coronel, dónde está el cuerpo? Le pregunta.

Si bien la investigación fracasa, quizás el mejor cuento de la historia literaria argentina es “Esa Mujer”, de Rodolfo Walsh, escrito en 1966, cuando Juan Domingo Perón estaba todavía exiliado en España.

Quien a modo de escudo, se dice en el periodismo para “defender la verdad”, y dándole una orden a su mujer (MARÍA UCEDO) el pedido expreso del coronel fue, que lo visitara a Tomás, el periodista, y que fuera con un perfil de confesar la verdad de lo sucedido, que ella le revelaría datos precisos que se vincularon con esa siniestra peripecia. Invitándolo a que escriba la nota, pero cuando se liberaran de un repertorio de obsesiones y creencias, sospechas y conspiraciones, supersticiones y delirios, en contra de su marido.

El resultado de este plan, no arrojo el esperado por el coronel, vaya sorpresa se lleva, cuando le informan sobre el fugaz romance que tiene su esposa (la informante) con el informado.

Son varias historias en una historia, que todas se relacionan, y que dejan una marca y un final que sigue mutando ideas, como lo es Café Irlandés.

Apasionante y desafiante obra, estremecedora porque persigue el filo de las palabras, los comentarios punzantes, atropellando los tiempos y desgarrando confesiones.

Una dramaturgia cargada de ambigüedad, admitiendo distintas interpretaciones, no sólo por el fervor que causó el peronismo en su época, sino por el camino finito que transita el periodismo. La experiencia del mismo en función de cuatro categorías: representación, símbolo, escena y repetición. En función de una lógica que lo reconduce desde un objeto “concreto” (el cuerpo de Esa Mujer).

Qué decir del formidable trabajo actoral, desarrollan un acercamiento a la escena, a través de un análisis y comprensión de su texto, que tan excelentemente bien lo representan. Un entrenamiento dinámico que proporciona y valoriza la gran destreza y experiencia que tienen los artistas.

Un detalle no menor, es la elaboración de situaciones basadas en el aquí y ahora, a través del original escenario, muy creativa la puesta en escena, valiéndose del espacio, que tiene una estructura de sala para cine. Estimulando la capacidad asociativa de cada espectador, ya que en diferentes lugares, en un mismo momento suceden dos escenas.

Impecable y detallistas en todos los aspectos, vestuario, escenografía, accesorios.

Su autora y directora EVA HALAC deja al descubierto su pasión por el teatro y la historia, y la ingeniosa manera de plasmarlo. Remitiéndome a una nota que le hicieron, ella dice: “Dirigir es lo más parecido a viajar”, y acá da muestra de eso.