EL PILOTO

EL PILOTO

De Omar Pizzorno

 

La libertad es inseparable del amor verdadero, lo mismo que la confianza.

Cultivarlas es la base de un amor saludable.

 

El ser humano no es una máquina que funciona a la perfección. Comete errores todo el tiempo y, algunos de ellos, pueden tener consecuencias serias. Como confundirse con los nombres propios por ejemplo…

Una teoría sobre los errores cometidos al hablar, lo identifico el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, habla de ellos como acciones que revelan ideas, deseos o motivos ocultos en el inconsciente. El “desliz” es usado para explicar algunos comportamientos extraños y vergonzosos.

A pesar de que probablemente la infidelidad sea un tema tan viejo como el amor mismo, y quizá también por eso sea que nunca deja de ser eje de debates interminables.

Los fallidos aún mantienen la increíble capacidad de aterrorizar a los hombres de todas las edades. Amenaza constantemente con sacar a la luz sentimientos y problemas que están ocultos y que nos olvidamos de que existen.  

 

Juan Carlos (Hugo Archila Santamaria) el piloto, cuenta con todas las características de una persona aventurera que conoce todos los trucos para mentir y lo peor caen ante sus engaños. A esto se le suma su profesión, que también tiene la fama de ser los peores embusteros, y altamente infieles. Y este no es la excepción.

Su relación amorosa está compuesta por tres señoritas, con apariencias físicas diferentes, ocupaciones laborales diferentes, e incluso con intereses diferentes hacia él.

Por un lado está la Azafata característica: muy celosa, quien rápidamente él la llama la loca, pero cuando despliega su seducción arrolladora, cae a sus pies. Hay sexapil.

Por otro está, la Psicóloga característica: muy complaciente, posee todos los atributos esperables y deseables para proponerle casamiento. Es lo que más desea ella.

Por último, la empleada de supermercado: muy inocente, pero también interesada. Tiene una estética y un actuar tan dócil y dulce, que consigue conquistarlo.

En fin, esta es la situación: Un Hombre, Tres Mujeres, relaciones peligrosas, vínculos inconstantes, pero están enamorados, él de cada una de ellas, y las chicas de él.

Un rincón delicado y romántico los une, el departamento de él. Y saltó la verdad. O sea comenzó el problema.

Detrás de cada galán, siempre hay seguidores, y acá un amigo que vive en el mismo edificio lo idolatra, y está dispuesto a defenderlo y cubrirlo en lo que haga falta.

A su vez tiene una fiel mujer a su lado, la mucama, que sabe todo desde el primer momento, pero hasta ahora fue su cómplice por afecto, y por mantener su trabajo.

Ahora sí, una cita intensa, no falta nadie. Hablan, discuten, confiesan, disculpan, aceptan, eso, todos aceptan una idea, fue la que trajo la mayor tolerancia para esta situación.

¿Será una mejoría a largo tiempo, o quizá, sólo sea una unión que tiene gusto a revancha?

 

Los invito a que sepan cómo se desenreda esta comedia de enredos.

Nada es al azar, la unión, hace una extraña mezcla, y este comportamiento da testimonio de un verdadero trabajo de introspección.

 

La premisa es atractiva, con un eje que es la erotomanía, cargada de picardía, alegría y naturalidad, que crea un clima tenso, pero de risas, la trama se va armando, dejando que las escenas vayan conformando los diferentes cuadros.

Interpretada por un buen grupo de actores y actrices, que irán incorporando autenticidad a sus personajes, brindándole cada uno su toque distintivo, que nos llevaran a recorrer infinitas preguntas acerca del amor…

 

Hugo Archila pudo llevar adelante su protagónico personaje sin problemas, dándole un toque muy divertido con sus caras, y con ese particular acento que tiene, lo mostró más seductor aún, a pesar de ser un pícaro sin vergüenza. No se quedó atrás Juan Carlos López, mucho desenfado y expresión corporal, brindando un simpático compinche.

 

La puesta, técnica, asistencia y dirección, a cargo de entendidos en el tema, lo cual arroja como siempre, un brillante trabajo.

Recomendada, para pasar un muy buen domingo, con los efectos terapéuticos de las emociones positivas, que es La Risa, y en compañía de otros, porque la risa es contagiosa.