15. noviembre 2013

¿Qué tendrá la princesa?

“La alegría de mirar y comprender, es el don mas hermoso de la naturaleza”

Albert Einstein

Mirar demanda tranquilidad, cautela, atención. Comprender pide tiempo, capacidad de espera, paciencia. Mirar y comprender, son los cimientos para descubrir y construir el camino de una vocación.

¿Que tendrá la princesa?

Una vocación que se fortalece

Desde el punto de vista psicológico, autores como Pichón Rivière definen a la familia, como "una estructura social básica que se configura por el ínter juego de roles diferenciados, el cual constituye el modelo natural de interacción grupal". Es decir que, la familia, es el primer grupo social al que pertenece el individuo siendo base fundamental para el desarrollo de su personalidad. Y, una personalidad moldeada por los mandatos familiares no es fácil de doblegar, se necesita mucha perseverancia para poder avanzar sin estar contaminado. Esto, le ocurrió a Adriana Arach, una mujer que nos cuenta en su unipersonal ¿Qué tendrá la princesa?, todas las peripecias que pasó para poder liberarse y ser “ella”, sin influencias ni culpas. Por eso, vislumbramos en escena su lucha interna para llegar a su cometido, y, los obstáculos externos con los que se encontró al momento de enfrentar la vida.

Al ser un argumento autobiográfico, tiene un valor extra ya que cuando se narra desde lo personal, el sentimiento y los recuerdos emergen auténticamente, sin aditivos extras, sólo con la alegría y la emoción de quien vivió una mágica historia. Así, nos describe como fue su infancia, su adolescencia y su juventud, con algunos tintes dramáticos y otros risueños, pero siempre desde una mirada nostálgica, muy sentida, dándonos cuenta que estamos frente a una persona con un sentimiento de amor muy arraigado. La autora, se alista para la actuación, se acomoda frente a nosotros, al término de cada anécdota da vuelta la página de un atril, luego otra vez se prepara para seguir, se viste con algo significativo como para darle más presencia a lo que dice, y continúa, hasta que al final, cierra con una reflexión que es un mensaje, en donde nos dice que nuestra vocación está latente, que sólo hace falta darnos cuenta y avanzar, para llegar.

En éste ir y venir de la leyenda a lo verdadero, y viceversa, está Adriana Arach, una actriz íntegra, capaz de enfrentar a un público ávido de absorber sus anécdotas, que emana mucha sensibilidad, con una paz interior que la destaca, y, con una seguridad admirable. La puesta en escena, es esclarecedora; la iluminación, hábilmente, acentúa la acción; y, el vestuario, recalca los dichos, en forma contundente.

Recomendada, para emocionarse, rememorar, sonreír y sentir que cuando uno desea algo con pasión, se convierte en realidad.

Redactora: Estela Gómez

Ficha técnico-artística

Dramaturgia: Adriana Arach, Bernardo Sabbioni

Actúan: Adriana Arach

Iluminación: Bernardo Sabbioni

Diseño de vestuario: Paola Parrota

Realización de vestuario: Paola Parrota

Sonido: Bernardo Sabbioni

Diseño gráfico: Raúl Dupuy

Prensa: OCTAVIA Gestión Cultural y Comunicación

Dirección: Bernardo Sabbioni