A SOLAS CON MARILYN

“A solas con Marilyn”

"La indiferencia es una forma de la pereza, y la pereza uno de los síntomas del desamor, ¡nadie es haragán con lo que ama!"

                                                     Anónimo

Él forma parte de su amor y a su vez, es el tormento del alma.

Inunda su pensamiento desde hace tiempo y construye un sentimiento tan profundo como el odio, hacia una mujer, hacia un nombre…

Marilyn, Marilyn, este nombre la lleva al enloquecimiento, a la tensión, agitada por su enigmática presencia, enardece en sus aposentos, y provoca día y noche el estremecimiento.

Sola y abandonada, desmoronada por su frustración familiar, ya ni sabe si pertenece al mundo del bien o del mal, no se siente satisfecha con la vida, y solo “se sujeta” a su pequeño hijo.

Es ahí cuando considera que todo está perdido, ante la llegada de un abogado, quien reclama por la custodia del niño, sumida en una profunda depresión porque su pareja la dejó, y una mujer lo arrancó de su lado, y ahora van en búsqueda de su hijo. Haciendo de estos motivos, la razón del filicidio.

Los seres humanos somos violentos por naturaleza, algunos más que otros. Numerosos hechos de violencia y crímenes nos escandalizan y llenan de dolor, rabia y desesperación. La pregunta siempre es la misma ¿Por qué?

Por lo general ocurre en personas criadas con privaciones emocionales, por lo que son incapaces de sentir o ponerse en el lugar del otro y detener su agresión.

Al psicópata no le importa el sufrimiento ajeno, centra su interés en sí mismo y sólo en su dolor. Donde no se respeta el derecho del otro, y se abusa en beneficio propio.

La psicopatía está en todos los estratos de la sociedad, no es producto de la pobreza, sino del desamor.

La protagonista compone un logradísimo personaje dirigiéndose al público casi constantemente, con un texto intenso, y una historia cruda. Buscando la intensidad de la acción, con su rostro y cuerpo, aportándole dinamismo y atracción a la trama.

El fuerte condimento de maldecir su pasado, hace que todo sea de una extrema realidad, habla mucho de sí misma, símbolo de la independencia y abandono.

Una dramaturgia trágica y burlona, donde causa angustia y duda.

Majestuosa interpretación, sin fisuras.

Una sencilla, pero acertada y excelentemente bien diseñada escenografía. Donde Belén Fernández Díaz hace uso de un elemento formidablemente.

Las luces, junto a la música cumplen a la perfección su ejecución, logrando un clímax emocionante para cada escena.