18. octubre 2013

EL DESPRECIO

“Las discusiones cierran las puertas de los sentidos, y siempre enmascaran la violencia” Frank Herbert

“EL DESPRECIO”

Una realidad latente

Somos seres “necesitados”, necesitamos del “otro” para existir, ya sea para vivir en sociedad, o para vivir en pareja. A veces, esa “necesidad”, nos lleva a tomar decisiones apresuradas, a elegir a la persona equivocada, o, a sostener relaciones insostenibles. Sabemos, perfectamente, que nada es fácil, que todo lleva una construcción diaria, una comunicación continua con un “ida y vuelta” fluido; hay buscar la empatía permanentemente, ser pacientes, entender, pero, decirlo es fácil, lo difícil es hacerlo. Igualmente, tratamos, de llevar a cabo éstos preceptos, pero, de pronto… ¿Qué nos pasa, cuando sentimos algo que no sabemos qué es? ¿Y, llegamos al límite de humillarnos y de ser humillados? Y, nos preguntamos ¿Cuándo, es el momento de empezar a terminar una relación?

En la obra de teatro, “El Desprecio”, de Galo Ontivero, quizás, podamos encontrar una señal, o un “darnos cuenta” que algo está pasando, o, que hay algún “ruido” que nos está molestando, ya sea para nosotros o para alguien de nuestro entorno. El “aquí y ahora” es concreto, y, no hay nada más positivo que el oficio teatral para hacer despertar algo que tenemos dormido, ya que ver en escena lo que, a lo mejor, nos pasa por adentro o por afuera todos los días, es un llamado a PARAR o por lo menos a recapacitar.

Dos parejas, en la actuación y en la vida,Janus y Verónika, y, Pedro y Vogler, abren sus corazones y desgarran sus pasiones, para mostrarnos sus mundos diferentes, pero con sentimientos similares; se enfrentan, se abrazan, se pelean, se besan, el amor y la violencia se confunden; ellos, se complican, pero hablan y en ese decir doloroso van sanando. Para Pedro y Vogler, la convivencia se volvió costumbre, un hastío los invade y los envuelve en una nube histérica. Janus y Verónika, son perfectos, siempre juntos, siempre fieles, hasta que explotan, y en esa explosión que lastima, van creciendo. Todo pasa en un ensayo teatral de un texto que habla de cómo un médico debe decirle a un enfermo terminal su diagnóstico ¡Que paradoja! Pero, como en la vida, muchas veces, las cosas no salen como se espera. La “verdad”, de vez en cuando duele, lastima hasta en lo más íntimo del alma, pero… ¿qué verdad? ¿Qué no hay amor? Realmente, los cuatro seres lo buscan, a sus maneras, como saben, como pueden, entonces ¿quien tiene razón? ¿Quién es la víctima y quién el victimario? Ellos, se ven reflejados en esa persona que tienen al lado y les reprochan cosas que, si se miraran en su interior, también ellos tendrían para recriminarse. Y…, Nora, la asistente de dirección, está ahí…, siempre ahí, como un comodín o un salvavidas, tratando de acomodar lo inacomodable.

Es una acción muy fuerte, muy verídica. Galo Ontivero, su autor, refleja las exaltaciones humanas con mucha precisión, presionando en cada rinconcito herido del cuerpo y la mente, detectando en cada lugar el momento justo para que estallen, y, como director, abre el juego, posesionando a cada personaje en un momento límite. Los actores, Sofía Dunayevich Daly, Marcelo Saltal, Paulo San Martín, Ana Clara Schauffele, Marcelo Vilaro, se brindan enteramente, compenetrándose y “viviendo” cada hecho como propio. El vestuario, los gestos, las voces, las emociones, describen las diferentes personalidades unidas por una misma misión: encontrar el amor. Es muy destacable la puesta en escena, en donde la escenografía (Pia Drugueri), que se asemeja a un camarín lleno de elementos teatrales, va reflejando, a medida que transcurre la historia, el desorden de esas cosas y del vehemente estado emocional que va creciendo.

Muy recomendable, porque es una parte de la vida cotidiana que a veces se esconde; porque es una ficción análoga al contexto amoroso del pasado y del presente; y porque verla, es hacer frente a lo que pasa con nuestras debilidades.

Redactora: Estela Gómez

Ficha técnico- artística

Autoría: Galo Ontivero

Actúan: Sofía Dunayevich Daly, Marcelo Saltal, Paulo San Martín, Ana Clara Schauffele, Marcelo Vilaro

Vestuario: Pia Drugueri

Escenografía: Pia Drugueri

Diseño de luces: Claudio Alejandro Del Bianco

Fotografía: Sol Blanco

Diseño gráfico: Sol Blanco

Asistencia de dirección: María Florencia Horak, Esteban Neira

Prensa: Ezequiel Hara Duck

Producción: Grupo Faro