EL VIEJO CRIADO

EL VIEJO CRIADO

De Roberto Tito Cossa

El viejo criado, una recorrida por la historia de la Argentina de la última mitad del siglo XX, a través de cuatro personajes entrañables. Una magistral mezcla de humor, nostalgia y dolor recorren estos personajes que se juntan en un bar porteño y desgranan una mirada tan cargada de cinismo como de ternura.

Un recorrido político argentino del siglo pasado, mezclando los amores y los mitos del hombre común.

El viejo criado, es un grotesco criollo, es una irónica metáfora de la mitificación de lo porteño, del tango y el café, en el cual la interminablemente recomenzada partida de truco enmascara el drama de la incomunicación y la alienación.

Los personajes arquetípicos de nuestra sociedad deambulan como fantasmas sin destino, signo de una Argentina que quedó solo en palabras. La obra exalta con humor, nostalgia y melancolía un canto a la utopía.

La acción se ubica en un bar del sur de Buenos Aires, mejor dicho en una "imaginaria" versión de un bar de los años 30. El ambiente es irreal, en un tiempo indeterminado. El único lazo de este con el mundo real, es el afuera, y que se insinúa con el ulular de las sirenas.

En una de las mesas están, Alsina, el poeta, intelectual europeizado (ALDO PASTUR) y Balmaceda, ex boxeador, hombre del pueblo simple y campechano (GABRIEL FERNÁNDEZ), que juegan al truco, juego de engaños y mentiras. Ambos han superados los 50 años y largos. Estos ya llevan jugados 202.928 partidas de truco. Un número evidentemente absurdo, como lo son sus propias existencias también casi irreales.

Sus temas de conversaciones son banales. Alsina, declama pensamientos propios y ajenos, e intenta imponer al inocentón Balmaceda estos conocimientos a través de frases y clichés, sobre todo lo que ocurre en el mundo. El ex boxeador, no siempre comprende los dichos de su amigo el poeta, quien reacciona, descalificándolo. Aun así, Alsina logra el sometimiento del fracasado Balmaceda, quien solo cuenta en su haber, un victorioso triunfo en sus años de profesionalismo, noqueando al Torito Mazzarone.

Balmaceda intenta en el transcurso de la obra irse del lugar, pero siempre se arrepiente cuando se acerca a la puerta del bar y vuelve al eterno juego del truco. El "afuera" marca una importante dificultad que no se atreve a vivir.

Desde un lugar "mágico" al fondo del bar, hacen su ingreso dos figuras irreales, Carlitos (NORBERTO GONZALO), acompañado de Ivonne (PATRICIA DURÁN), vieja prostituta francesa. Carlitos, típico cantor de los años 30, que vuelve después de haber vivido en Paris 40 años. También es escritor de letras, quien aún no ha logrado escribir "su" tango, y por eso regresa para lograrlo en su ciudad, donde busca un viejo criado, que lo reciba en su regreso. Es evidente que este personaje está absolutamente "devorado" por la pasión del tango y es permanente la evocación del gran ídolo, del momento Carlos Gardel, de cuya imagen hará uso y desuso, donde la pareja está dispuesta a hacer cualquier cosa por sobrevivir.

Al inicio ambos grupos no se relacionan, Carlitos está ocupado en describirle a Ivonne el Buenos Aires que dejo, donde el trío más famoso del sur, con El Mocho, El Pardo Augusto y Traverso, imponían respeto y miedo por sus valores. Cuando Carlitos descubre que un grupo (Alsina y Balmaceda) ocupan la mesa del trío, los increpa y la relación se vuelve violenta y para calmar los ánimos insta a Ivonne que cuente como conoció a Gardel. Esta de malas ganas, lo hace. Esto modifica las relaciones enfrentadas del principio y se establece una nueva relación más acorde a los planes de la pareja donde Ivonne es la carta de mayor valor en este juego de Carlitos.

Aislados en su falso mundo, de individuales y colectivos mitos, los 4 personajes se proyectan en otros cuarenta años en Bs. As.

Balmaceda intenta una vez más irse, pero lo que intuye ocurre afuera, lo hace regresar a la mesa diciendo que está nevando. Alsina, gozoso exclama "Como me gusta Buenos Aires, cuando nieva!". Traspolando Bs. As. con Paris.

Ellos siguen eludiendo la realidad que está acosando esta cueva de mitos y mentiras, que ellos persisten ignorar. Continuando con su eterno juego de truco.

Esta obra es una metáfora que a través de la utilización de la cultura de mitos y códigos ciudadanos, el autor ROBERTO COSSA nos entrega esta magistral, aguda y sagaz crítica, a la sociedad que nosotros, los argentinos vivimos. Muestran a seres insatisfechos, frágiles ante la presión social y sin perspectiva de modificar su situación.

Una pieza que posee una abundancia de significados susceptibles de interpretaciones no siempre coincidentes. Es por lo tanto, una obra abierta, en el más genérico de los sentidos. PARA REIR Y REFLEXIONAR!!!

El espectáculo propone reflexionar sobre algunos hechos importantes de nuestra historia, que transcurren entre los años 1940 y 1980, que inevitablemente nos llevan a relacionarlos con momentos actuales, abriendo un interrogante en nuestro futuro inmediato.

 La historia se desarrolla en un espacio tan mítico como sus personajes.

Majestuosa la escenografía, puesta en escena, su mobiliario, su vestuario. La música, la excelencia en luces y sonido, TODO ABSOLUTAMENTE PERFECTO!!!

Y qué decir, que agregar de los “ARTISTAS” que representan esta magistral obra. Imponentes sus actuaciones, su calidad de grandes actores, su experiencia. Todo se refleja sobre el escenario.

Sublime y para aplaudir de pie, al Sr. Norberto Gonzalo en su interpretación de Carlitos.

Su director el Sr. JORGE GRACIOSI una vez más demuestra su responsabilidad en la supervisión y la escenificación de esta obra, unificando criterios y conductas de variados esfuerzos y aspectos de la producción, y de los actores, asegurando calidad y realización de un importante producto teatral.