LA TERCER PALABRA

LA TERCER PALABRA

De Alejandro Casona

“Todo niño bien al mundo con cierto sentido del amor, pero depende de los padres, que este amor salve o condene”.

                                 Graham Greene

Nada como mostrarnos tal cual somos para aprender a relacionarnos mejor.

La vida muchas veces se transforma en un camino de limitaciones.

Actuar de manera auténtica y liberar lo mejor que tenemos puede ser el mejor regalo hacia los demás. La espontaneidad tiene que ver con la sensibilidad humana.

Pablo con sus 24 años, no sabía leer ni escribir, se lo considera un salvaje, porque toda su vida había sido criado por su padre en el medio del monte. Alejado de la civilización y de la posibilidad de interactuar, de comunicarse, de vincularse con otros sujetos desde lo humano.

Al fallecer su padre, las tías traen a Pablo a vivir con ellas. Responsables ahora de su presente y futuro del joven, van en búsqueda de tutores para que le enseñen y lo civilicen; tres intentos han sido fallidos. Pero la llegada de Marga (Valeria Saavedra), tendrá un efecto positivo, su presencia generará un gran cambio en este muchacho; una invitación a dejarse enseñar y al intercambio enriquecedor de conocimientos, de ambas partes.  

Tener en cuenta a las personas que forman parte de tu vida es una tarea que va más allá de prestar oídos a lo que te están diciendo. Exige sensibilidad para ponerte en el lugar del otro; generosidad para ceder tu espacio y dejar que otro se exprese, y una pizca de sabiduría a fin de dar con la palabra justa cuando sea el momento de decirla.  

Pablo (Javier Guerrero), interroga por la tercera palabra que simboliza nuestra existencia aparte de Dios y de la Muerte. En este camino de enseñanza, transmisión y aprendizaje que se da, son las palabras armas muy poderosas. Solo una palabra puede cambiar una vida o destruirla.

Descubrir esa “Tercera Palabra” es lo que va a repercutir.  

Se necesita valor para asumir el protagonismo de la propia vida y para cambiar la historia, pero los beneficios de hacerlo compensan el esfuerzo.

El amor es un sentimiento que nos impulsa a la cercanía, a la unión con aquellas que queremos. Pero, también, al cuidado de lo que amamos.

Preservar el paso del tiempo, a través de una obra como ésta, que es otro clásico del autor español, y ser contada con tanta inspiración, aportando tanto compromiso, emoción, estilo y sobre todo talento; habla de un elenco insuperable, realmente un trabajo actoral de mucha calidad, le da una riqueza a estos vínculos, que el espectador puede percibir realismo y veracidad.

La perfección a la composición de los personajes, bajo la dirección de ADRIAN DI STEFANO un trabajo minucioso y detallado, sin duda una clara experiencia. También como puestista, la noción de representación de las leyes teatrales. Adoptando esta magistral pieza con creatividad y multiplicidad de acciones.

La escenografía y utilería con una excelente elección de mobiliario, una ventana que refleja la entrada y salida de los diferentes personajes, y apoyada en el ingenioso diseño lumínico y musicalización, representan los distintos escenogramas que requiere la puesta en escena, en los distintos actos.