YO elegí ser EVITA

YO elegí ser EVITA

   De Marta Avellaneda

 «Yo quiero ser como vos                                                         Como una luz de bengala. Quiero seguir dando luz, 

Aunque se apague mi llama»  

«Si pudiera yo entregarme. Sin medida a una pasión

Como quien quema las naves. Como quien habla con Dios»

Fragmentos de la ópera «EVA», protagonizada por Nacha Guevara, con libro de Pedro Orgambide.

Breve reseña Biográfica:

María Eva Duarte de Perón (Junín o Los Toldos, provincia de Buenos Aires, 7 de mayo de 1919 – Buenos Aires, 26 de julio de 1952), también conocida como Eva Perón o Evita, fue una actriz y política argentina. Se casó con Juan Domingo Perón en 1945 y tras la asunción de este como Presidente de la Nación Argentina el año siguiente, EVITA se convirtió a sus 26 años en Primera Dama.

Asumió un protagonismo infrecuente para una mujer. No sólo acompañaba a Perón en las giras y visitas sino que, entre sus propias actividades estaba la de atender a los gremialistas, tres veces por semana en la Secretaría de Trabajo, antiguo bastión del General.

En 1947 fue designada presidente de la Comisión Parlamentaria Pro-Sufragio Femenino. El Congreso concedió el voto a las mujeres, y lo presentó como un logro personal de Evita.

La enfermedad comienza a mostrar sus signos y está indudablemente presente en las palabras y las acciones del discurso del acto del 17 de octubre de 1951 que parece una despedida. Su última aparición pública fue el 4 de junio de 1952, día en que Perón juraba por segunda vez como presidente de la Nación.

AYER, HOY Y MAÑANA EVITA, tiene su posición ante Todos o casi todos, con respecto a que fue la mujer argentina más importante del siglo XX.

Desde que se lanzó a la palestra pública, junto a su esposo. Acompañándolo primero, y convirtiéndose en una hacedora social; simbolizó justamente por su obra, una división amplia en la sociedad argentina de entonces.

El pueblo, hombres y mujeres, la adoraron. Los otros, muchos militares, empresarios y miembros dela clase alta, la odiaron.

¿Qué había hecho esta mujer extraordinaria para granjearse tanto amor y tanta enconada hostilidad?

Lo que sí sabemos que por su enorme acción, aún hoy se la recuerda y venera; aún hoy se la critica y desvalora.

En esta pieza teatral, magistralmente escrita, dirigida y especialmente representada. Se podrá repasar una semblanza ajustada de su última etapa de vida, y lo que la llevó a ser un fuerte  ícono mundial.

Una periodista del mundo real vinculada a la alta sociedad, llega para interrumpir su letargo, en un espacio onírico en el que habita Eva. Su reportaje tiene como objetivo entender las pasiones que movieron a Evita, hasta convertirla en un personaje de fama mundial. Pero por sobre todo este reportaje profundo revelará a la mujer detrás del mito, con todas sus alegrías, sus dudas y sus frustraciones; y que su trascendental figura no es un mito, sino una de las más impresionantes realidades argentinas; y, finalmente, que, como mortal, también tuvo errores.

Esta mujer inusual comienza a recordar y a revivir momentos claves de su historia; recreando ese frenesí que la caracterizaba.

Así se desandan intensamente, testimonios y vivencias acerca de la Dama de la Esperanza; La Abanderada de los Humildes; La Jefa Espiritual de la Nación; La Señora Eva Perón; EVITA como la llamó y la llama aún su pueblo agradecido.

No queda mucho por explayar, todas las alabanzas serían pocas. Realmente una obra muy emotiva, que tiene su pizca de humor, para sacarnos del estado de melancolía. Pero que logra una reflexión interesante, que te permite salir diferente a como entraste a ver el espectáculo.  

Las actuaciones son insuperables, el papel de Victoria Carreras me deslumbró, impecable su caracterización, sus cambios de estados anímicos. Sin fisuras.

Mónica Lerner su voz tan cálida, sus miradas, gestos, posturas corporales, hablan más que su propio texto. Un ensamble artístico formidable.

Ambas tienen un cambio continuo de vestuario, incluso repitiendo prendas, lo que habla de la dinámica que le dan a la puesta. En forma inmediata y sin retraso se presenta a las diferentes escenas. Aprovecho para decir que la elección de la vestimenta es excelente, estremece  la exposición de la moda del tiempo, estético y diferenciador. Ayuda a recrear la época.

Por último y no por esto menos importante, sobresaliente dirección a cargo de Daniel Marcove, un despliegue altamente detallista, la fusión de las actuaciones con la proyección de videos históricos es muy valorable, te permite vivir la ficción del  teatro, pero sin alejarte de una realidad que da muestra objetivamente de su documentación.