LAS DEL BARRANCO

LAS DEL BARRANCO

                        De Gregorio de la Ferrere

La felicidad degradada

La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.

Sören Kierkegaard.

Las de Barranco es una comedia tragicómica, que se presenta en cuatro actos.

En la cual ronda el grotesco todo el tiempo; el capitán Barranco ha muerto y su viuda doña María y las tres hijas Carmen, Manuela y Pepa tratan de sobrevivir.

La soledad, la desesperanza, la hipocresía de mantener "apariencias" ante la mirada de los demás, son algunos de los temas tratados en la obra.

Una familia disfuncional, la familia Barranco. Los conflictos, la mala conducta, y muchas veces el abuso por parte de los miembros individuales producen continuamente y regularmente, lo que lleva a otros miembros a acomodarse a tales acciones. A veces se acostumbran y crecen en tales familias con el entendimiento de que tal disposición es normal. Las familias disfuncionales son principalmente el resultado de adultos codependientes. Y este es el caso de Doña María del Barranco (RUBEN PEREZ),  ¿ama a sus hijas o depende de ellas?

Tiene un apego afectivo un vínculo patológico en especial con Carmen (RUTH GOMEZ), una relación adictiva.

María tiene mucha ambición, es manipuladora y su obsesión por satisfacer determinadas necesidades, y mantener el status social; no le permite ver, la castración que le provoca a sus hijas.

Sin importar las circunstancias, “entrega” a Carmen a diversos hombres, con tal de recibir regalos, favores, o hasta incluso el alquiler de una pieza de su casa, y como premio ofrece el encanto, la belleza y dulzura que provoca Carmen al conocerla.

Perdiendo de vista sus ideas, valores, gustos, proyectos, en definitiva, su individualidad.

Abusando de la obediencia de sus hijas mujeres, y aferrándose a la situación precaria de su economía, como también valiéndose de síntomas de enfermedad que no tiene; busca la atención desmedida a través de un enfoque que hace que estas chicas sean funcionales a las órdenes de su madre.

Pero como en todo grupo familiar, hay un Portavoz, que denuncia el acontecer de esta esclavitud, de esta madre malvada, egoísta y prepotente que inspira temor pero no respeto. No todo es negociable, la escala de valores éticos y morales hace a nuestra esencia. Persuadida, perseguida, cansada y saboteada en su felicidad, ya que conoció el amor, y su madre se resiste a reconocer sus errores, y sigue arrogante y no acepta las críticas que Carmen le hace. Esta decide abandonar su hogar, y decir adiós aunque esto le duela.  

“Si creemos que somos directores de nuestra propia vida, lo seremos. Aunque no siempre podamos escribir todas las líneas de nuestro guión, no estamos condenados a representar un rol designado por otros. Pero, para ello, es necesario tomar responsabilidad personal.”

Lic. Mónica L. Esgueva.

Esta pieza escrita majestuosamente por Gregorio de Laferrère, se puede ver con humor y crueldad los ademanes que Doña María provoca, a través de un numeroso elenco, que se desempeñan muy bien en escena todos juntos.

Un grupo compacto artísticamente. Con destacables personajes por su histrionismo actoral, como es el caso de (RUBEN PEREZ), actor principal en el papel de María y director de esta atractiva puesta. Como la divertida interpretación, en su entonación al hablar, sus movimientos, cuando aparece en cuadro Barroso (NESTOR JOAQUIN).

En si el elenco está correcto, pero no todos logran llamar la atención, siendo que su papel es importante en la historia, es el caso de Carmen y de Linares les falta más presencia escénica, creerse y llevarse puesto más el personaje, brindado ímpetu a su voz, a su rostro y sentimientos. Pero muy bien igual. Es una obra digna de ver, una y más veces, por su prosa, por su contenido de vulneración, por los mandatos y los mensajes que deja. Por la calidad de interpretación de su protagonista, un pieza seria y hecha para divertir a través de una tragedia e interpretar la legitimidad de la identidad.