LOS MARTES, ORQUÍDEAS

Los martes, orquídeas

                                                 Adaptación Jorge Maestro

 

Blancas orquídeas, blancas comedias

 

El lunes 4 de junio fue el estreno de "Los martes orquídeas", la remaque teatral de aquella película de 1941 que lanzara al estrellato a una bellísima adolescente llamada Mirtha Legrand.

 

Saturnino Acuña ha formado una bella familia, junto a su esposa Delfina. Sus hijas son: Julia, Malena, Clarita y Elenita. Julia acaba de casarse. Malena y Clarita pronto lo harán, candidatos no les faltan ... Clarita, en cambio, es una empedernida soñadora, amante de los radioteatros, encerrada en su mundo de ensueños y romanticismo. Sus hermanas han terminado por convencerla que nadie la querrá y ella sufre por eso. Su padre, junto a su secretaria, tienen un magnífico plan para hacerla cambiar de opinión, pero todo se complicará con la llegada de un jóven buscavida.

 

La adaptación de Jorge Maestro es muy fiel a la estructura conocida. Una comedia blanca, tan impoluta como enternecedora, de la década del 40. Una sociedad donde el papel de la mujer en la sociedad estaba bastante recortado. Se esperaba que se casaran jóvenes, tuvieran hijos y dedicaran su vida al hogar y su familia. Teniendo en cuenta el contexto, el espectador sólo tiene que disponerse a disfrutar de una propuesta llena de diálogos simples, gags tan inocentes que parecen de otro mundo y una estructura teatral de antaño. La escenografía y el vestuario recrean a la perfección la época dorada donde las comedias blancas eran moneda corriente. Lía Jelín, apoyada en la pluma de Jorge Maestro, se da el gusto de homenajear el pasado jugando con los personajes estos inocentes pasos de comedia, al son del piano que suena en vivo. Todo desde el escenario nos remite a esa época. La escenografía, el bellísimo vestuario, los peinados, el modo de expresión, de caminar el proscenio cuasi coreográficamente.

 

Los protagonistas son Rodolfo Ranni, como el padre de familia. Graciela Pal, una madre que se las trae. Candela Vetrano como la dulce Elenita y Felipe Colombo como Cipriano, el buscavida que terminará ganando su tierno corazón. Completan el elenco: Ariadna Asturzzi, Florencia Cappiello, Agustina Cerviño, Matías Strafe y Santiago Otero Ramos como Phillipe, el mayordomo que va hilando el relato y musicaliza todos los momentos. A todos ellos les sienta muy bien esta graciosa comedia familiar, que ha sido tan bien adaptada para teatro.

 

Para ver la obra, el espectador debe estar dispuesto a introducirse en una máquina del tiempo imaginaria y disponerse a disfrutar de una comedia naif, sin grandes pretensiones más que la de entretener a un público de todas las edades con chispazos de sano humor.

 

 

Es una propuesta entretenida, una bocanada de aire fresco en una cartelera que detona de obras de teatro denuncia, de alto contenido reflexivo político y social. Una obra que se abre paso entendiendo que hay público para todo. 

 

Redactora: Andrea Alejandra González

Vista el:04/06/2018

 

 

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