Bicicletas, o de cómo en movimiento se llega al equilibrio

"Una gran filosofía no es la que instala la verdad definitiva, es la que produce una inquietud"

Charles Péguy (1873-1914) Escritor francés

"Bicicletas, o de cómo en movimiento se llega al equilibrio"

De Micaela Fariña

Muchas veces, la falta de dirección en nuestra vida contribuye a desequilibrarnos, a generar una inestabilidad que, tal vez, no sabemos dominar; y una vida desequilibrada es muy similar a la rueda de una bicicleta que gira en vano sin saber a donde va. Nuestra meta principal, quizás, debería ser “buscar un eterno equilibrio" y con éste pensamiento ¿por qué no eliminar de nuestra vida todo lo que nos destruye y no desgasta los sentimientos y la energía? Y, para ésto hay que sacarlo, decirlo, gritarlo...Como lo hacen Andrea (Rosario Alfaro), Carolina (Belén Amada) y Federico (Pablo Cusenza), en "Bicicletas, o de cómo en movimiento se llega al equilibrio", una filosófica obra en donde su autora Micaela Fariña nos invita a transitar por el mundo interno de cada uno de éstos personajes como si fuera un espiral dialéctico, con el deseo implícito de cambiar, con avances y retrocesos, pero adelante, siempre adelante....

Ya en escena, está Andrea, una sentida deportista cuya infancia y adolescencia no han sido fáciles, los problemas parentales influyeron definitivamente en su maduración; Carolina, una turista decepcionada, tanto por el amor de pareja como por el amor maternal; ambos, por las drásticas demostraciones afectivas; Federico, un ex oficinista, formal, correcto, que un día se "encuentra" una bicicleta y descubre que hay mucho más fuera de esas cuatro paredes en donde está inmerso a diario. Todos, explicitan sus pesares, alegrías y deseos, y para todos hay una realidad latente, que sólo el "movimiento" del pensar, sentir y hacer, les devolverá el equilibrio.

La realización de la escenografia (Sergio Fasani, Fernando Valenzuela), es un esquema vivencial en donde las tres bicicletas fijas, estáticas sobre la tierra, giran constantemente sobre su eje, mientras escuchamos los dichos y vemos los rostros de seres conflictivos, que nos hacen estar dentro y fuera de su espacio, al mismo tiempo. A ésto lo acompaña el acertado vestuario (Wanda Lisi), que describe cabalmente las ocupaciones y personalidades de los protagonistas. Las luces (David Seiras) que juegan, y en ese jugar realza una a una las cuestiones para que nada pase desapercibido. También, al cantar, las voces de los artistas resuena como parte entrañable de sus experiencias, encuadrándolas en un continuo expresar, de diferentes maneras pero con el mismo fin.

Las excelentes actuaciones de Rosario Alfaro, Belén Amada, Pablo Cusenza, expresan total sentimiento; se aprecia que los actores sienten al personaje y les pertenece, que lo han investigado para que aparezca el sentido de la pertinencia, que construyeron el antes y el después de la vida de cada rol para ingresar en su ser, conocerlo y devolvernos sus realidades. Se los ve que viven la obra emotivamente, con sinceridad, como si fueran ellos los protagonistas directos.

Estamos frente a una puesta en escena que transforma el lenguaje escrito en un lenguaje multisensorial, rico en sabidurías, recuerdos, y esperanzas. La recomendamos porque es un superlativo trabajo artístico que requiere mucha concentración y profesionalismo, lo que se nota ampliamente en escena.

Destinado a un público exigente, abierto a nuevas modalidades, a nuevos estilos, y, donde la relación actor-espectador, sobresale.

Redactora: Estela Gómez

12/08/2016

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Micaela Fariña

Actúan: Rosario Alfaro, Belén Amada, Pablo Cusenza

Trailer: Ayelén Alves, Alejo Barberis

Diseño de vestuario: Wanda Lisi

Diseño de escenografía: Sergio Fasani

Diseño de luces: David Seiras

Diseño De Sonido: Maz Iannone

Realización de escenografia:Sergio Fasani, Fernando Valenzuela