LONTANO BLU

"El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado"— Mahatma Gandhi

Lontano blu

De Ignacio Gómez Bustamante

Aparentemente, más importante que el nacimiento, podría ser la muerte de las personas porque el primero, es lo que pasó y el segundo es lo que vendrá. Generalmente, nuestra debilidad recae en el miedo a lo desconocido, a cómo será ese momento. Por eso, algunos, avizoran muertes sufridas otros, muertes dignas, imaginando y tratando de entender lo inentendible. Aunque, también el nacimiento es una incógnita porque lo que conocemos es lo que nos han contado, o, porque no, lo que nuestra cabeza desea. En ambos casos, estamos hablando de algo hipotético porque nunca vamos a saber realmente lo que sentimos al nacer ni cómo vamos a morir. Sobre todo esto, trata la obra teatral Lontano Blu, resultado del primer trabajo en conjunto entre Banfield Teatro Ensamble , cuyo creador es el actor, director, dramaturgo y docente de teatro, Néstor Valente, y Teatro Presente, una reconocida compañía italiana.

Nos enfrentamos a un supuesto ensayo de teatro, en donde una actriz repite un monólogo y un actor trata de explicar sus dichos. De pronto, el argumento se va tornando cada vez más profundo. La pareja, va adentrándose en el mundo de sus pensamientos y nos van relatando sus anécdotas sobre sus supuestas vidas; la idea de cómo nacieron y como van a morir, se convierten en una obsesión continua, desplegando la inventiva de cada exponente hasta su máxima potencia.

Decididamente, la forma de morir confronta con lo que un individuo dejó sembrado en los corazones de las personas y como fue su contribución al mundo. Muchos, dicen que la muerte es la mejor consejera, ya que al saber que te queda poco tiempo deja de lado al temor para dar lo mejor del ser, desarma lo superfluo y deja ver lo verdadero. Quizás, por eso el planteo en algún momento deriva al preguntarse ambos protagonistas: “¿no será mejor pensar en la muerte “del otro”, antes que en la de uno?”.

El vestuario, es de color tenue, con sencillo diseño y confección delicada; una sublime simpleza que está acorde con sus formas de contar sus interrogantes; holísticamente se puede observar un todo en completa coordinación. Hay un trabajo de entrega por parte del equipo artístico, encabezad por la dirección y la Puesta en escena, que se refleja en el escenario.

Tanto la dulzura de Manuela De Meo, como la sensibilidad de Pietro Traldi, le dan nacimiento a misterios insondables y hasta a veces, inimaginables sobre el tema en cuestión, que nacen de sus mentes y de sus deseos de saber. Ambos, son admirables artistas; sus cuerpos comunican; sus gesticulaciones, hablan; y, además, tienen una gran calidez interpretativa. . Con la dirección de una gran eminencia como lo es Néstor Valente, se cierra un círculo muy inteligente.