MIEMBRO DEL JURADO

"Miembro del jurado"

                    Roberto Perinelli

 

Un acto de justicia permite

cerrar el capítulo; un acto

de venganza escribe un

capítulo nuevo.          Marilyn Vos Savant 

 

A sala llena se lanzó la segunda temporada de "Miembro del jurado". Luego de una exitosa gira nacional vuelve al escenario de la Sala Luisa Vehil del Teatro Cervantes este policial escrito en 1978 y estrenado en 1979, en pleno "proceso de reorganizacion nacional". 

 

Simón (Roberto Vallejos) sale de prisión, cargaba con una condena de quince años que por buen comportamiento se redujo a nueve. A la salida lo espera Mejía (Ernesto Claudio) quien con la promesa de un trabajo lo lleva a su cerrajería ubicada en un departamento oscuro y en ruinas mientras esperan instrucciones telefónicas de "el jefe". Para amenizar la espera Mejía intenta instalar temas de conversación pero encuentra grandes dificultades para comunicarse con Simón, quien recién salido del penal desconfía de todo y tiene una gran carga agresiva en todos los diálogos que mantiene. A medida que pasa el tiempo e inspirados por las comparsas que se dejan oír transmitiendo su alegría desde la calle en su desfile de carnaval empieza a crecer entre ellos cierta familiaridad que le permite a Simón pedirle a Mejía los servicios de una mujer para saciar sus deseos carnales. Mejía llama por teléfono al jefe quien promete enviarle una prostituta a la brevedad. Esa frágil intimidad que se crea entre los dos hombres lo anima a Mejía a preguntarle a Simón el motivo de su condena, la respuesta y la esperada llegada de una mujer (Silvina Bosco) serán el desencadenante de una situación por demás dramática. 

 

La dramaturgia de Roberto Perinelli es magnífica, tiene las cuotas justas de humor, suspenso, drama, desasosiego y violencia. Hasta el final el espectador no puede vislumbrar por donde saltará el conflicto, cuando creía entrever el camino el texto viró en dirección contraria. La dirección y puesta en escena a cargo de Corina Fiorillo es una labor logradísima, ella es una gran conocedora de la obra de Perinelli, ya que dirigió otras dos obras de su autoría. El nombre de la obra responde a que Mejía es miembro del jurado de carnaval y también encierra una alegoría que el espectador deberá descubrir por si mismo. El trabajo de construcción de los personajes es un punto aparte, sublimes actuaciones de tres reconocidos profesionales de la escena nacional, es un seminario de actuación multiplicado por tres. La obra bien podría dividirse en tres etapas, la primera donde los personajes de Mejía y Simón se conocen y se miden todo el tiempo que provoca situaciones de mucho humor, la segunda más corta donde comienza a percibirse el verdadero drama y la tercera con la entrada en escena de Silvina Bosco que provoca un giro totalmente inesperado. Que la obra transcurra en Febrero mientras las murgas invaden las calles de la ciudad describe una doble situación de la época, mientras en las calles se permitían algunas manifestaciones de bullicio y alegría (no era el carnaval precisamente una de ellas, ya que fue prohibido a mediados de 1976 por el Gral. Jorge Rafael Videla) puertas adentro se vivían momentos de extrema tensión y violencia. Otra lectura para que las comparsas de carnaval tengan un lugar dentro de esta dramaturgia es el carácter de protesta de las mismas, una expresión de deseo del autor para ayudarse a superar una época tenebrosa de nuestra historia. La escenografía es sutilmente coherente con los requerimientos de la propuesta, cajones grises apilados con herramientas desparramados por todo el ambiente, una ventana chica, una estructura metálica y muebles rudimentarios crean un clima oscuro y opresivo. La música de Rony Keselman se convierte en un personaje más ya que juega un rol muy importante durante el desarrollo y el desenlace. Los climas y las situaciones estan marcados con total profesionalismo por el diseño de luz y sonido. La obra lleva escrita algo más de treinta y cinco años, y si bien está ambientada en esa época, podemos deducirlo por el vestuario (Julieta Risso) totalmente acorde con la puesta, no pierde vigencia, los hechos narrados podrían haberse sucedido ayer y lamentablemente no nos asombraríamos en absoluto. 

 

Calificación: ¡Excelente! Es una obra que NO PUEDE, NI DEBE dejar de verse. Para disfrutar de principio a fin. 

 

Redactora: Andrea Alejandra González 

 

 

 

Ficha técnico – artística:

Dramaturgia: Roberto Perinelli

Elenco (por orden de aparición)

Mejía: Ernesto Claudio

Simón: Roberto Vallejos

Ester: Silvina Bosco

Producción TNC: Lucero Margulis

Fotografía: Mauricio Cáceres

Diseño gráfico: Verónica Duh

Asistencia de dirección: Vanesa Campanini

Música original: Rony Keselman

Coreografía y asesoramiento corporal: Mecha Fernández

Diseño de vestuario y escenografía: Julieta Risso

Dirección: Corina Fiorillo 

 

 

TEATRO CERVANTES
Libertad 815 
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4816-4224

Viernes y Sábado – 19 hs

 

Domingo 18:30hs
Entrada: $ 60,00 - 

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